Si Estás Gordo Estás Enfermo

Si Estás Gordo Estás Enfermo

si estas gordo estás enfermo

Si estás gordo estás enfermo.

 

Así de claro, así de simple. Te habrá chocado esta afirmación porque la gente no tiene narices a ser tan directa, pero si has hecho clic en este artículo es por algo.

Quizás estés bien o quizás te sobren unos kilitos de más. Ahora la decisión es tuya: te enfadas conmigo (te adelanto que no será conmigo de verdad) por lo que he escrito y te vas del blog, o te quedas a descubrir por qué me atrevo a decir esto y cómo cambió mi vida.

Vivir con una Carga

vivir con una carga

El sobrepeso y la obesidad se definen como un escenario en que se presenta un mayor peso de lo saludablemente establecido para la edad, sexo y estatura. Un peso extra que normalmente se presenta en forma de grasa corporal y que acaba por constituir una enfermedad. Es decir, que este estado constituye una alteración más o menos grave para la salud.

En el INE se comenta que, según la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020, un 16% de la población adulta del país padece obesidad y casi un 40% padece sobrepeso. Es decir, que prácticamente 1 de cada 2 personas pesa más de lo que supuestamente debería. (1)

Desde 1975, la obesidad se ha triplicado en todo el mundo. Según datos de la OMS, en 2016 el 39% de las personas adultas tenían sobrepeso y el 13% eran obesas. (2)

Esta epidemia obesa ha puesto de manifiesto la magnitud de los peligros asociados a esta enfermedad. Ya que los riesgos se derivan del aumento de la masa de tejido adiposo, así como de los productos producidos por el mayor número y tamaño de los adipocitos en éste.

Desafortunadamente, dicha epidemia y sus consecuencias no solo se transmiten entre adultos…

¿Es que Nadie va a Pensar en los Niños?

La prevalencia de niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad aumentó del 4% en 1975 a más del 18% en 2016. Incluso algunos datos apuntan a que España es el tercer país europeo con mayor sobrepeso infantil. (2)

Esta obesidad temprana se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la etapa adulta.

Sin embargo, además de estas complicaciones futuras, los niños obesos sufren dificultades respiratorias, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos. (2)

Quizás te preguntes: ¿cómo es que una criaturas tan jóvenes y enérgicas llegan a desarrollar la misma corpulencia que la de un abuelo sedentario?

Y la respuesta es: “Porque son lo que comen”.

Como muestra un estudio longitudinal, el consumo de ultraprocesados es el mayor culpable del sobrepeso infantil. Y entre los productos con mayor poder adictivo están el helado, el chocolate, las patatas fritas, los refrescos y, por supuesto, el pan blanco. (3)

Los alimentos ultraprocesados inducen obesidad a través de la ultrapalatabilidad, ya que rompen las barreras naturales de la saciedad. No solo eso, sino que también acaban generando resistencias hormonales que provocan más hambre y propician un cansancio que desmotiva a hacer ejercicio.

De esta forma, la persona obesa se vuelve víctima de su propia biología alterada, al igual que una persona depresiva o alcohólica es víctima de la suya. Si se analiza detalladamente, la pereza y el hambre excesivo no son solo la causa de la obesidad, son también su consecuencia.

Santa Claus no Regala Barrigas, Ellos Sí

regalan barrigas

Lo cierto es que a tu cuerpo no le interesa para nada estar gordo en una época en la que quedarse sin comida es complicado, ¿pero sabes a quién sí? A la industria de los ultraprocesados.

El marketing que continuamente parte de ese sector y bombardea tu subconsciente e instintos primarios tiene como único objetivo que comas. Así, consumiendo más y expandiendo progresivamente tus capacidades para seguir consumiendo, ellos se lucran de tu cuerpo.

Razón por la que tratan de cubrirse las espaldas y que no pienses que son responsables de tu desdicha, sino los que te “aportan” felicidad. Y para lo cual usan miles de estrategias.

Te dirán que hay gente obsesionada con su cuerpo y que no pasa nada por comerte una galletita, por darse un capricho. Pero son totalmente conscientes del apetito humano y que después de la primera caen al menos otras 4 más, si no es todo el paquete.

Colocan en sus envases, disimuladamente, una pirámide alimenticia (subvencionada por la misma industria), una recomendación de consumo graciosamente diminuta y otra de hacer ejercicio. Aunque todo eso les da igual, ya que saben que han hackeado tu cerebro con los azúcares y sabores artificiales que han diseñado y creado en el laboratorio. Y que ninguna actividad saludable va a prevenirte de seguir comiendo más en ese momento.

Hemos llegado al punto en que normalizamos tanto el consumo de estos “alimentos” que también normalizamos las enfermedades crónicas que acaban provocando. Pero lo cierto es que ni los ultraprocesados ni la obesidad abogan por nuestra salud física y mental.

Incluso ya son muchos los que han radicado, como una reciente revisión sistemática hecha por el Instituto Navarro de Investigación Sanitaria, según varios artículos analizados, una relación entre el consumo de ultraprocesados y la obesidad. Una relación que era especialmente visible en mujeres debido al tipo de alimentos que preferían consumir, aquellos ricos en azúcares. (4)

Y esto es un gran problema, no solo por el daño a nuestro principal vehículo, el cuerpo, sino porque nuestra percepción se ve alterada y nuestro juicio nublado.

¿No te Ves la Barriga o No Quieres Vértela?

verte la barriga

Si creemos que la comida insana y el sedentarismo son cosas normales veremos la enfermedad y su medicalización como la norma.

Un estudio que se llevó a cabo en México en 2009, el cual incluía una gran muestra de diadas madre-hijo, evaluó dos pruebas con la finalidad de comprobar la percepción que las madres tenían respecto al peso de sus hijos.

El resultado fue que las madres de niños con sobrepeso y obesidad no consiguieron reconocer la condición de sus hijos, pues prácticamente la totalidad de ellas subestimó su situación.

Esto causó, que esos hijos, al no ser reconocido su estado, tuvieran 4,5 veces más probabilidades de ser obesos en la vida adulta, en comparación con aquellos cuyas madres si lo percibieron. (5)

Ahora bien, cuando pasamos de madres a hijos a uno mismo la cosa cambia. Todo el mundo Cree saber fielmente como está su salud y lo que puede o no comer sin preocuparse.

¿El problema? Que lo realmente difícil de percibir no es el claro sobrepeso que uno nota al mirarse al espejo (quiera o no admitirlo). Sino la inflamación, estrés oxidativo o disbiosis intestinales que llevan tiempo aconteciendo dentro del cuerpo mucho antes de que lo otro se manifestase.

Y estos problemas internos son lo realmente peligroso, pues poco a poco dañan y debilitan a nuestro organismo, conduciéndolo a enfermedades crónicas. Enfermedades conocidas como ENT (enfermedades no transmisibles) que a tanta gente matan hoy día. Unas que de estar más delgados, por cuestiones quizás metabólicas, no llegaremos a entender de dónde han surgido.

Es por ello que no solo existen dificultades con la gente gorda que no quiere adelgazar, sino también con aquella que adelgaza sin cambiar sus hábitos insanos.

Pues usualmente los mecanismos de ésta última para hacerlo suelen pasar por algún TCA (trastorno de conducta alimentario), cirugía o producto milagro. Algo que es un claro indicio de que no se está arreglando el problema, sino parcheándolo.

Al fin y al cabo, si estás gordo tienes un problema. Quizás sea genético, pero más probablemente haya tenido que ver con tus hábitos. Y si estás delgado, pero comes basura, como yo solía hacer antes de saber todo esto, tu cuerpo acabará por ser una basura también, y a nadie le gusta eso.

De cualquier manera, has de aceptarlo y ver en que puedes trabajar para arreglarlo. Porque si te aferras, como discutiremos en la segunda parte de este artículo, al ideal moderno de body positivity te aseguro que lo único positivo será que en el hospital la comida es “gratis”.

Es probable que con estos datos te haya quedado claro el riesgo para la salud que conlleva tener un peso mayor al que deberías. Pero, por si acaso, voy a darte unas cuantas razones más para que medites mucho más objetivamente todo lo que puede conllevar…

El Peligro de Estar Gordo

Escribió Hipócrates, padre de la medicina: “La corpulencia no es sólo una enfermedad en sí misma, sino el presagio de otras”.

La obesidad superó en 2005 al tabaquismo como principal causa evitable de enfermedad y muerte prematura. Y es que la obesidad no suele venir sola, sino acompañada. (6)

Recopilando datos de la literatura existente, un artículo ponía de manifiesto que un 50% de los diagnósticos de diabetes se hacían a pacientes obesos. (7)

No solo eso, sino que los pacientes obesos tenían 3,5 veces más probabilidades de padecer hipertensión. Un factor metabólico al que se atribuyen el 19% de las muertes a nivel mundial. (7)

Incluso es sencillo que personas obesas padezcan asma o apnea del sueño, pues sus vías respiratorias quedan parcialmente obstruidas. (7)

Pero esto no es nada si lo comparamos con otros problemas más gravemente percibidos, como disfunciones renales, hígado graso no alcohólico o infertilidad. (7)

Al fin y al cabo, aseguraba ese mismo artículo, la esperanza de vida de una persona severamente obesa se reduce entre 5 y 20 años. Donde las causas más frecuentes de muerte son el infarto de miocardio y el cáncer. (7)

Como se comentaba al comienzo, la obesidad está asociada con una elevada cantidad de productos producidos por las células grasas, los adipocitos. Estos liberan a la sangre ácidos grasos libres que, al promover la producción de unas moléculas llamadas ROS, inducen estrés oxidativo.

Y ese mismo estrés oxidativo es uno de los mayores responsables, junto con la vasta cantidad de azúcar que aportan los ultraprocesados, de que los cánceres que surjan no sean eliminados por el sistema inmune y en cambio proliferen rápidamente.

Cánceres que en el contexto de la obesidad suelen ser de esófago, estómago, colon, hígado, páncreas, ovario, riñón, tiroides e incluso de mama (pasada la menopausia). (8)

Ya que, según el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU., juntar la inflamación crónica y el estrés oxidativo con otros productos que produce el mismo tejido adiposo, como exceso de estrógenos, altos niveles de insulina y moléculas que alteran el metabolismo de las células, como las adipocinas, no solo sirve como caldo de cultivo para desarrollar cáncer, sino que ese mismo tejido que sobra en el cuerpo podría servir como andamiaje para el tumor creciente. (9)

 

Así que tú eliges: ¿Quieres seguir fomentando una enfermedad que nada hará por ti y escuchar, como verás en la siguiente parte del artículo, a gente que tampoco? ¿O prefieres tu cuerpo cuidar, la enfermedad erradicar y sano como una zanahoria poder estar?

Bibliografía utilizada:

  1.          Instituto Nacional de Estadística. Ine.es. https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259926457058&p=%5C&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param1=PYSDetalle&param3=1259924822888
  2.          Obesidad y sobrepeso. Who.int. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight 
  3.          Costa CS, Rauber F, Leffa PS, Sangalli CN, Campagnolo PDB, Vitolo MR. Ultra-processed food consumption and its effects on anthropometric and glucose profile: A longitudinal study during childhood. Nutr Metab Cardiovasc Dis. 2019; 29(2):177-84. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30660687/
  4.          Martí Del Moral A, Calvo C, Martínez A. Nutr Hosp. 2021 Feb 23;38(1):177-185. Consumo de alimentos ultraprocesados y obesidad: una revisión sistemática. Spanish. doi: 10.20960/nh.03151. PMID: 33319568. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33319568/
  5.          Flores-Peña Y, Trejo-Ortiz PM, Gallegos-Cabriales EC, Cerda-Flores RM. Validez de dos pruebas para evaluar la percepción materna del peso del hijo. Org.mx. https://www.scielo.org.mx/pdf/spm/v51n6/a07v51n6.pdf
  6.          Haslam DW, James WPT. Obesity. Lancet. 2005;366(9492):1197-209. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16198769/
  7. Abdelaal M, le Roux CW, Docherty NG. Morbidity and mortality associated with obesity. Ann Transl Med. 2017;5(7):161-161. http://dx.doi.org/10.21037/atm.2017.03.107
  8.          Lauby-Secretan B, Scoccianti C, Loomis D, Grosse Y, Bianchini F, Straif K. Body fatness and cancer — viewpoint of the IARC working group. N Engl J Med. 2016;375(8):794-8. http://dx.doi.org/10.1056/nejmsr1606602
  9.          Obesity and cancer. National Cancer Institute. 2022. https://www.cancer.gov/about-cancer/causes-prevention/risk/obesity/obesity-fact-sheet

 

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