2-10: De squanch en squanch

2-10: De squanch en squanch

rick y morty 2-10

"Un Funeral con Pastel":

– Inserte música de boda – Los buenos finales acaban con una celebración, pero esta vez no de índole social (aunque se puede conocer a mucha gente) o inhibitorio (aunque algunos realmente disfruten con la barra libre), sino de uno marital. Una celebración en la que 2 individuos (si es que no hay ningún colectivo ofendido, como los “trompistas”, que quiera cambiar esto) deciden llevar su relación hacia un nivel más “íntimo”, más comprometido, aparentemente:

Persona Pájaro llama a este evento una “ceremonia de emparejamiento”. Un evento donde “queda implícito” que ambos integrantes deben estar el uno para el otro. En la alegría y adversidad, en la salud y enfermedad, por siempre… hasta que la muerte los separe. Eso, o una hostia de realidad.

Las bodas tienen muchos elementos que las vuelven especiales (sobre todo las que se celebran por la vía cristiana): Es tu “gran día”, un día “único” (no apto para divorciados, que por suerte son pocos. Unos 6 de cada 10 matrimonios españoles en el año 2017). Un día en el que ves a la gente que más quieres y más odias junta. Un día en el cual (si no eres el último de tu grupo en celebrar este evento, en cuyo caso la magia de las excusas obra en tu favor) verás a tus amigos más cercanos con los que has desmadrado el día anterior (algo que puede ser un gran indicador de lo que temes perder). Y un día en que gente que no has visto en años de repente te adora.

Recibes regalos que seguro necesitabas y te hacían mucha falta (para completar tu cubertería del desván con polvo), e incluso quizás alguno que te anime a seguir “el buen camino” y convertirte en padre/madre de familia… Eso si no has celebrado la boda porque (embebido en la sociedad y sus patrones de “conducta adecuada”) has sido un “imprudente” y ya viene un hijo en camino.

Y por supuesto, que no falte el anillo, un elemento que te colocas en el dedo anular, en inglés ring finger (para nada condicionados desde pequeños). Este ornamento baratísimo (como el vestido de boda que todAs critican y solo usas “una vez” en la vida) simboliza todo menos lo que Crees que simboliza, ya que los únicos que saben cómo fluye la relación sois los presentes en la ecuación.

La gran pregunta es: ¿Conoces bien a la persona con quien te emparejas? Porque, a veces, suceden rupturas (para nada comunes) y otras veces te pueden llegar a meter 3 tiros (como Tammy a Persona Pájaro) simplemente porque “se acaba el amor” o por intereses ocultos en los cuales tu felicidad no tiene cabida (de ahí que Rick afirme que “es más práctico asegurarse de que Cuando Acabe Contigo te devuelva una de tus pelotas”, apostando por la separación de bienes).

Pero aquí estamos poniendo la vista fuera, asique la pregunta idónea sería ¿Quién eres y quién quieres Ser cuando estés emparejado? Conociéndote podrás elegir de forma sabia y objetiva. Te permitirás “bajar la guardia” y dejarte llevar por tus emociones a la vez que ejerces control sobre ellas, y sabrás afirmarte asertivamente, buscando tu felicidad y atrayendo la de los demás.

El problema es que la mayoría de la gente no se conoce a sí misma. Y ni siquiera ha radicado en si, como dice Summer, quiere al otro para que les recompense de alguna manera o de forma incondicional. De ahí que Rick califique a estos eventos puramente histórico-culturales, pero sin repercusión real alguna (excepto la de dar falsas esperanzas, una ilusión de seguridad y un proceso más tedioso de separación) como “batallas perdidas” o “funerales con pastel”, ya que la mayoría de las veces estos acontecimientos se componen de gente perdida, desesperada, “amable”, o con gran miedo a morir en soledad. En ellos, este proceso hace de todo (si entendemos todo por “tirar su vida”) menos fomentar que salgan de su zona cómoda y busquen lo que realmente quieren.

Y no me confundas, cada uno es libre de hacer lo que quiera con su vida, como Rick dice: “No culpes al jugador, culpa al juego”. Quizás el matrimonio sea para ti, quizás no. A algunos no les sienta mal el vuelo, sino aterrizar. Y, aunque no fueras capaz de afirmarte en tus necesidades, deseos y ambiciones un día concreto, eso, no te impide nada, ni hace callar para siempre.

 

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