1-5: La misión de los Meeseeks

1-5: La misión de los Meeseeks

rick y morty 1-5

Autonomía e Independencia:

¿Qué es la vida? ¿Cuál es el sentido de nuestra existencia? y ¿Existe un propósito claro para cada uno? En este episodio se nos presenta a los Meeseek, unas formas de vida que vienen al mundo para cumplir un único cometido y después desaparecer. Por ello, me gustaría analizar la imagen que ofrecen estos curiosos personajes a la hora de ayudar a los protagonistas en sus quehaceres.

Todos tenemos problemas o situaciones cotidianas en las que es posible que necesitemos del Otro o de su contribución para una correcta resolución. Como pueden ser la puesta en marcha de un gran proyecto, la organización de determinada parte de la sociedad o nuestro correcto desarrollo, considerando el papel que juegan la familia, compañeros, escuela, sanitarios, etc.

Pero existen situaciones en las que, aunque de primeras nos gustaría que nos ayudasen, SOLO nosotros mismos seremos capaces de resolverlas. El Otro puede acompañarnos y quizás guiarnos por un camino sereno o más ameno, aunque, en última instancia, no puede dirimir por nosotros.

La capacidad de superarse y resolver las dificultades propias radica en cada uno. De no ser así, estas dejarían de ser nuestras dificultades y pasarían a ser las de otros. Por otra parte, si tenemos un obstáculo que evadimos al utilizar ayuda externa, ¿qué pasará la próxima vez se presente?

Ortega y Gasset afirmaba: “el pasado es por esencia revenant, si se le echa, vuelve”. Por ello, si utilizamos al Otro, ¿dónde queda nuestro aprendizaje? Si usásemos a un Meeseek, que con el mínimo esfuerzo de pulsar un botón se involucra en nuestra causa, para resolver problemas, ¿de dónde obtendríamos las lecciones necesarias para aprender a confrontarlas de nuevo en un futuro?

Podría darse el caso de que ese Meeseek nos aporte una solución novedosa en la que no habíamos caído y nos sirva de ayuda. Y, en este caso, estaríamos aprendiendo, pues nuestro esfuerzo radicaría en apreciar como el Otro soluciona el problema. Si no pusiéramos ese esfuerzo ni en solucionarlo ni en estar atentos a posibles soluciones, sería imposible lidiar con ello en el futuro.

Esta última situación podría asemejarse a la del comienzo del capítulo con el bote de mayonesa que no podía abrirse. Al no importar el medio, sino el fin, se pedía al Meeseek que lo abriese, en un acto consecuencialista. Por ende, en el futuro se tendería a repetir esta acción de subdelegar el problema, ya que se desconocería el medio que ha llevado a ese fin anhelado.

Finalmente, quiero considerar a los Meeseek como proyecciones de nuestras pulsiones. Unas pulsiones acerca de los problemas que nos atañen, a nivel físico o psíquico, y queremos resolver. Esto se hace presente en el Meeseek de Beth, pues en su conversación éste apenas habla y lo poco que dice consigue resonar en Beth de la manera que ella considera. Porque, en verdad, su última conclusión sobre divorciarse en ningún momento se le es sugerida. En cambio, esta sale únicamente de su mente, siendo así una idea suya, una pulsión que ha dejado de reprimir.

Beth ya tiene la respuesta a su duda, aunque sea de manera subconsciente, antes de invocar al Meeseek. Lo único que propicia él es que ésta pueda asomar. Esto mismo lo comprobamos de nuevo en la escena final; Jerry, que quería reducir su juego en 2, acaba por invocar una horda de Meeseek para que lo ayuden y, aunque la técnica sea necesaria, todos acaban por decirle lo mismo. Y es que ellos no pueden hacer SU trabajo, y ÉL es el único que puede solucionarlo. De ahí que finalmente no necesitase a los Meeseek para cumplir su cometido, sino un poco de ánimo de Beth. Porque este último subió su autoestima y le permitió relajarse en la resolución de su objetivo.

Es complicado tratar de averiguar nuestras necesidades más ocultas. Y, a veces, puede que realmente necesitemos al Otro para hacerlo y pongamos esfuerzo en dejarnos ayudar. No por ello hay que olvidar que, como dije antes, las respuestas están en nuestro interior. Y para que afloren no hemos de pulsar botones, sino conocernos y aceptarnos en nuestras fortalezas y debilidades.

 

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