1-6: Poción de Rick nº9

¿Qué es el amor? ¿Algo químico, algo impreso en nuestros genes o algo transcendible? Aunque para Rick el amor es “una reacción química que impulsa a los animales a aparearse” en este episodio podemos ver todas sus diferentes facetas. Por ello, la verdadera pregunta sería si el amor es la suma de todas ellas o simplemente la de una sobre la que las demás se superponen.

El amor químico es un complejo proceso que a día de hoy no acabamos de comprender (como ilustra Rick al fallar con sus sueros). Es sabido que algunas moléculas como la oxitocina juegan un papel relevante, especialmente en las hembras. Ésta lo hace actuando en la formación de vínculos afectivos tanto con la pareja como con la descendencia. Donde mayoritariamente se libera después del coito en la primera y durante del parto en la segunda, provocando que exista una clase de apEgo que las una a estos individuos. De hecho, en este último caso es incluso retroalimentada positivamente y la responsable de formar un bonito recuerdo, y no uno doloroso.

Por otra parte, desconocemos la acción de otras muchas moléculas o siquiera su existencia en humanos. Como las famosas feromonas, descubiertas en ratones y cuyo papel es decisivo en los mecanismos de atracción y en los de reproducción. Algo que da lugar a una variabilidad genética, con la consiguiente mayor probabilidad de adaptación, y a curiosos eventos como el efecto Bruce; situación en la cual una hembra embarazada de pocos días es capaz de abortar naturalmente tras un nuevo y predominante contacto con las feromonas de otro macho – quizás más de “su liga” –.

Puede que incluso los mecanismos del amor vengan descritos en nuestros genes como un requisito adyacente y necesario para completar el proceso reproductivo. Y éste sería imposible de evadir, salvo patologías. Argumento que sustentaría la necesidad de asegurar la estabilidad con una pareja antes de decantarse por tener descendencia con ella. Proceso que cobraría especial relevancia en esas hembras, que serían las que después “tendrían que cargar” con el bebé.

Sería de gran interés cuestionarse si la tendencia del amor es propiamente humana, de la cual derivarían muchas otras como la de los celos, o si ésta puede llegar a ser experimentada por otros animales con la misma intensidad. Así como la influencia que tendría en su evolución, ya que las mantis “no aman” para poder sobrevivir y aportar más nutrientes a la descendencia.

“¿Eres tú el científico o el niño que quería echar un polvo?” reclama Rick a Morty aludiendo a que el amor puede llevar a cometer locuras. De igual manera, su potente regulación a la baja sobre la prefrontal impediría la adecuada resolución de los propósitos, como observamos en el episodio, donde todo lo ocurrido comenzó por un problema amoroso que no dejó ver la realidad objetiva.

Quizás lleguemos a pensar que el amor es algo transcendible. Un sentimiento que padecemos la mayoría, pero que, con esfuerzo y/o evolución, podría dejar de influenciarnos como frecuenta. De esta manera, conseguiríamos evitar cegarnos por él y poner nuestro tiempo y esfuerzo en otras afecciones/problemas, como podrían ser el de dedicar la vida a la ciencia, según defiende Rick.

Actualmente, YO no Creo que sea algo superable. Pero lo cierto es que de los instintos básicos el de reproducción se posiciona por debajo de los demás, ya que la supervivencia prima. Como es lógico, pues si no vives no copulas más.

Y este orden puede hacernos creer que el amor “no nos importa tanto”. Algo que se ilustra en la escena donde Jerry es un hombre fuerte al que le importa más matar a los monstruos que poseer el amor de Beth, un amor que probablemente devenga a posteriori de su actitud fuerte como líder.

Tomemos consciencia de nuestros sentimientos, su origen, sus repercusiones y las influencias externas que los condicionan. Porque ni escuchar a las personas cuyas relaciones no funcionan ni ver muchas comedias románticas se equipara con el verdadero amor, un amor incondicional.