Carta a la Normalidad

Carta a la Normalidad

carta a la normalidad

En otro artículo viste por qué ser Normal hoy en día va a lastrarte más que ayudarte. (si aún no lo has leído, te recomiendo encarecidamente que lo hagas, para sacar todo el provecho de éste)

Puede que gracias a esa chispa o a una acumulación de ellas te estés replanteando tu forma de ver el mundo.

Pero las chispas por sí solas no hacen nada. Así que debajo explico algunos de mis motivos para No ser Normal. Unos que espero te sirvan como combustible necesario para encender Tu Llama.

Carta a la Normalidad:

No quiero ser Normal

No quiero ser Normal si esto implica no fomentar mi autoconocimiento y noción del mundo, porque lo tenga que delegar a fuentes externas sesgadas por intereses.

No quiero ser Normal si esto implica seguir el camino trillado por miedo o condicionamiento, antes que descubrir y caminar el mío.

No quiero ser Normal si esto implica ceder la totalidad de mi salud a unos organismos que miran más por las necesidades de la industria, que por la nutrición y condición individual.

No quiero ser Normal si esto implica dejar de hacer lo que a mí me gusta por no agradar, estar a la altura de unos estándares o cumplir cualquier requisito.

No quiero ser Normal si esto implica tener que tratar a todo el mundo como le gustaría ser tratado, en vez de formar mis propios criterios individuales para tratar con tolerancia a las personas.

No quiero ser Normal si esto implica esperar indefinidamente, llorar, suplicar o desear mucho algo para tenerlo, cuando tuviese la oportunidad de tomar acción y conseguirlo.

No quiero ser Normal si esto implica tener que emborracharme y ahogar mis penas en drogas cada fin de semana, porque no tenga el coraje de afrontarlas sobrio.

No quiero ser Normal si esto implica no vivir feliz para o por trabajar, y trabajar para vivir feliz.

No quiero ser Normal si esto implica tener una pareja, una boda y un hijo como los de Hollywood, y un divorcio como los que la mayoría tiene, pero no se cuentan, en vez de definir mi propia forma de llevar una o varias relaciones, incluyendo la posibilidad de ser feliz de forma independiente.

No quiero ser Normal si esto implica obviar mi bienestar y enfermar de lo que producen las grandes corporaciones, para después tener que curarme por ellas, promoviendo un bucle estúpido.

No quiero ser Normal si esto implica tener que conocer exclusivamente por amigos/compañeros a una persona que me atrae, pensando que si me acercarse imprevistamente sería “acoso”.

No quiero ser Normal si esto implica supeditar por completo mis juicios y consciencia a unas directrices, pantalla o persona famosa.

No quiero ser Normal si esto implica tragarme una gilipollez inclusiva de que hombres y mujeres somos “totalmente” iguales, cuando hasta los niños pequeños pueden percibir la diferencia.

No quiero ser Normal si esto implica dedicar mi vida y esfuerzo a algo con lo que no resuene, que no coincida con mi propósito e intereses, y que extenúe mi energía.

 

Y por eso (y mucho más), NO QUIERO SER NORMAL

¿Y tú?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *