Deja de Envenenar a tus Padres: Ultraprocesados y Enfermedades Neurodegenerativas
Deja de envenenar a tus padres.
Si, no es algo que hagas esporádicamente, sino a menudo. Y no solo con ellos, sino con muchos de tus seres queridos, puede que incluso a diario.
Ahora bien, ¿a qué me refiero con envenenar?
Cuando das veneno a alguien provocas que su organismo, al no tolerar la sustancia, enferme, pudiendo darse la muerte en mayores cantidades.
Antiguamente había miles de alimentos de los que se desconocía su mecanismo de acción pero que se sabía, por experiencia, que eran venenosos, por lo que eran evitados.
Hoy en día ha surgido otra clase nueva de productos alimenticios de los cuales no tenemos tanta experiencia en su consumo a largo plazo. Eso provoca que, al ser su efecto venenoso imperceptible en un corto espacio de tiempo, los valoremos solo por sus otras cualidades.
Cuando llevas una caja de galletas a tus padres el día que vas a visitarlos, no piensas en cómo su consumo prolongado puede devenir en enfermedades futuras, sino que proyectas tu gusto de este “alimento” sobre ellos y se lo das orgulloso de ser un buen hijo.
Así es como, con el tiempo, acabas cuidando de un padre con Parkinson y una madre con Alzheimer. Maldiciendo a los genes y rezando por no acabar igual, mientras compartes con ellos el mismo tentempié otra vez.
Cuando, con el mero hecho de tomar consciencia, podrías haber retrasado 10 años la aparición de estas patologías o incluso haber evitado su aparición.
NO estoy enfadado contigo ni mucho menos, tampoco deberías estarlo tú mismo. Quizás no tenías en cuenta esta perspectiva y nadie te había incitado a hacerlo hasta ahora, puede que vivieses en una escueta realidad y tú también soñases con jubilarte y que te trajesen galletas, etc.
De cualquier manera, el comienzo es cosa de 2, y con la ingente cantidad de información y distracciones que hay actualmente es fácil que ninguno sepa bien del tema.
Por eso, con el propósito de que te replantees cómo quieres convivir con tus seres queridos el resto del tiempo y que aprendas a disfrutar conscientemente de ellos, hoy te voy a explicar cómo los ultraprocesados nos envenenan.
En concreto, y para no alargarme, cómo estos favorecen la progresión o predisposición a padecer enfermedades neurodegenerativas, especialmente en la avanzada edad.
Ultraprocesados: Delicias Venenosas
El tabaco mata, comer mal también.
La diferencia entre uno y otro es que, mientras que el primero se relacionó fácilmente con el cáncer de pulmón y otros problemas, el segundo hábito ha llevado mucho más tiempo descubrir por qué nos afecta, a pesar de que se podía intuir.
No solo eso, sino que además fumar no es algo que hiciese todo el mundo ni fuese imprescindible, mientras que comer sí. Y lo único que reportaba era una sensación de calma, más por el hecho de las respiraciones pausadas que por los efectos parasimpáticos o relajantes que pudiese tener.
Sin embargo, la industria alimenticia mueve mucho más dinero, y en ella también se invierten mayores cantidades. Todo esto con el fin de crear alimentos que hackeen nuestros sistemas de recompensa y nos resulten irresistibles aunque no tengamos hambre.
De forma que, obnubilados por las hiperestimulaciones que comer ultraprocesados nos provee, no demos pie a analizar racionalmente qué efectos secundarios pueden tener.
En general, consumirlos va a favorecer un estado proinflamatorio en el cuerpo debido a una excesiva liberación de citoquinas (unas moléculas inflamatorias del Sistema Inmune, o SI).
Un estado que básicamente va a contribuir a la degeneración de las estructuras del organismo. Llevando a una inflamación crónica y un daño continuo a consecuencia del denominado estrés oxidativo, que entre otras cosas va a acabar acortando los telómeros, los responsables de que tus células se sigan dividiendo correctamente.
Tranquilo, ahora voy con la evidencia científica por partes así como con las soluciones que puedes implementar para dejar de envenenar inconscientemente. Empecemos con lo sencillo de ver:
Potenciadores del Sabor: Alterar el Gusto
En esa búsqueda que comentábamos de hacer los alimentos irresistibles un método sobresalió bastante por encima de los demás: El uso de potenciadores del sabor.
Unas sustancias que incrementan la percepción degustativa de nuestro paladar de maneras que la naturaleza no puede replicar. Por ello su efecto es doble; por una parte, consiguen que los ansiemos, pues no se pueden encontrar en otro lado (son “escasos”), por otra, crean una “desensibilización” ante los sabores naturales menos fuertes, lo que intensifica su dependencia.
Un ejemplo es el glutamato monosódico, un famoso potenciador del sabor cuyos efectos sobre el paladar fueron los responsables de implementar el sabor “Umami”. Este se encuentra normalmente en diferentes clases de ultraprocesados, como pueden serlo patatas fritas, snacks, salsas, carnes procesadas y demás cosas que quizás encuentres en tu despensa.
Ahora bien, ¿por qué es perjudicial?
Un artículo de 2018 ponía de manifiesto que esta sustancia crea una intoxicación en el sistema nervioso central (SNC) de modelos animales y que era capaz de empeorar los síntomas de las enfermedades neurológicas presentes.
Según éste, un consumo excesivo de esta sustancia causa el comúnmente conocido como Síndrome del restaurante chino (por la salsa agridulce rica en este ingrediente). Condición clínica en la que los oligodendrocitos, unas células que dan soporte a las neuronas, son destruidos y donde la excitación excesiva de los receptores de glutamato se relacionó con la progresión de distintas enfermedades neurodegenerativas. (1)
Igualmente, su efecto sobre la salud al ser ingerido varía de persona a persona. Pero dicen que prevenir es mejor que curar, y más si no sabes cuanto lleva lo que comes, algo que suele acompañarse de otros ingredientes perjudiciales.
Por eso, otro artículo trataba de jugar la carta de que consumido en dosis normales en la dieta (lo cual no llega especificar cuánto es), el glutamato no tendría efecto directo sobre el SNC. (2)
Un artículo que por “coincidencia” había sido financiado por el Comité Técnico Internacional del Glutamato, una organización que promueve la introducción de este compuesto en las comidas. Y cuyas relaciones con empresas no gubernamentales te podrás imaginar (porque en su página oficial no quieren mostrarlas a no ser de que pagues una suscripción…).
Finalmente, no quedará algún amigo gracioso que te alegue que el glutamato monosódico también está presente en alimentos naturales como la leche o algunas verduras. Lo que no se habrá dignado a investigar es que de forma natural no causa problemas, en tanto que en su forma artificial es cuando actúa como una neurotoxina.
Ahora puede que no te parezca tan descabellado cambiar unas patatas fritas ultraprocesadas por una macedonia que puedas llevar preparada de casa o unos garbanzos al horno.
Omega 3: El Neuroprotector
Creo que todos sabemos que el omega 3 tiene un impacto muy beneficioso para la salud.
En este caso, estos ácidos grasos ayudan a mantener el tamaño del cerebro y previenen su envejecimiento. Un efecto protector que según un estudio de cohortes tendría su mayor resultado durante las etapas tempranas del declive cognitivo, o sea, cuando nos hacemos viejos.
Lo que también resalta es el papel que puede jugar en los vasos sanguíneos protegiendo frente a la aterosclerosis dañina, posibilitando una buena irrigación por todo el cerebro. (3)
Desafortunadamente, todo esto no tiene lugar por el mero hecho de que un día les lleves unas nueces y otro les prepares un salmón ahumado, sino que depende del ratio omega 3/omega 6.
Un ratio que la mayoría de las personas desconocen pero que es decisivo, ya que ambos ácidos grasos interaccionan entre ellos favoreciendo un estado antiinflamatorio y proinflamatorio, respectivamente. Donde la gracia del asunto es que con la comida procesada rica en aceites refinados ese equilibrio está desplazado hacia la parte que más daño nos hace.
Razón por la que es imprescindible que, si quieres que tus padres se beneficien de este super ácido graso, no les des un par de nueces. Sino que mejor les lleves unas sardinas o les invites a cenar un buen Bonito del Norte, unos pescados con un ratio a favor del omega 3 inigualables.
Porque las grasas no son malas, sino necesarias, especialmente aquellas naturales.
Azúcar: Como Quitar Años de vida, literalmente
El cerebro no necesita azúcar, sino glucosa.
Esta última la puede obtener de muchos alimentos saludables y a través de procesos bioquímicos. Pero ingerirla nos gusta más, y añadir azúcar a los alimentos es sencillo ya que no presenta un umbral fisiológico que nos haga dejar de comer o no quererlos, como pasa con la sal.
De ahí que los ultraprocesados, incluso una barra de pan, estén infestados por este ingrediente que tanto daño hace a diferentes sistemas.
Siguiendo la línea de consecuencias en enfermedades neurodegenerativas, el consumo de altas cantidades de glucosa acelera el acortamiento de los telómeros antes mencionados. Es decir, que acelerará el envejecimiento de las células.
Y uno de los ultraprocesados con más cantidad de azúcares añadidos son los refrescos.
De hecho, un estudio encontró que el consumo diario de estas bebidas, en cantidades menores a las que suelen estar presentes, estaba directamente relacionado con una reducción en la longitud de los telómeros equivalente a 2 años normales, y aún más si la cantidad se aumentaba. (4)
Incluso se ha visto que existe una estrecha relación entre la diabetes tipo 2 y el Alzheimer. Donde, por ejemplo, otro estudio comprobaba como los niveles altos de glucosa no eran solo un factor de riesgo de desarrollar demencia en pacientes diabéticos, sino también en aquellos que no lo eran.
La teoría que proponía éste es que la gran cantidad de insulina generada tras la ingesta de la glucosa, especialmente en los diabéticos, podía ser directamente producida de forma local en el SNC, actuando como un neurotransmisor, y que la expresión de la apolipoproteína E relacionada con este proceso acabaría incrementando el riesgo del Alzheimer temprano. (5)
Por eso, si les llevas a tomar algo por ahí no les pidas una Cola o un Nestea, mejor pídeles (desde su consentimiento) una infusión, una kombucha o una cerveza sin alcohol.
Espera, que igual te están entrando ganas de decir:
- Ah bueno, no hay de que preocuparse, yo les pido Coca-Cola 0/0
Porque en ese caso también te tendrías que preocupar, ya que esa bebida está endulzada con aspartamo, un potente edulcorante. Lo que nos lleva a ellos:
Edulcorantes Artificiales: El Veneno de la Microbiota
Como todo lo anterior, cuando el consumo de edulcorantes es habitual, en este caso porque no se desea los efectos perniciosos de tomar azúcar, no estás evitando otro tipo de daños.
Si eres un poco observador verás que el común denominador no es ninguna sustancia en concreto, sino los ultraprocesados en sí y la frecuencia con que se toman.
En este caso, un estudio publicado en la revista Nature comprobaba que los edulcorantes artificiales producen una disbiosis en la microbiota intestinal. En cristiano, que alteran negativamente a las bacterias beneficiosas presentes en el tracto digestivo y con ello perturban su correcto funcionamiento.
No solo eso, sino que ese mismo estudio ponía énfasis en una creciente intolerancia a la glucosa al alterar la microbiota (¿recuerdas lo de la diabetes de antes?). Algo que, junto el consumo excesivo de ésta, dañará los capilares sanguíneos del cerebro, lo que puede contribuir en los problemas de memoria, como la demencia o Alzheimer. (6)
Esa microbiota es lo que ahora se llama nuestro 2º cerebro. Lo curioso que ambos cerebros están conectados por un nervio que, irónicamente, ejerce un montón de acciones: El nervio vago (X). Conformando el denominado eje intestino-cerebro, una esencial vía de intercomunicación entre estos dos grandes órganos. Y esta relación que poseen es la que explica cómo las disbiosis en el primero se relacionan con diferentes enfermedades en el segundo.
Enfermedades que van desde el autismo, ansiedad, TDAH, hasta otras neurodegenerativas como el Parkinson (la más estudiada) y el comentado Alzheimer.
La manera en que se llegó a este descubrimiento fue que los científicos observaron acúmulos de proteínas en las enfermedades intestinales que eran muy parecidos a los observados en las enfermedades mentales, por lo que teorizaron que quizás su origen estaba relacionado.
Y así fue como, según demuestra otro estudio, se observó que unas células del intestino son capaces de pasar esos acúmulos desde ese lugar al nervio vago. Dando lugar a una reacción en cadena por la que estos acabarán llegando al SNC para finalmente depositarse allí, lo que entre otras cosas se relaciona con la progresión y aparición del Alzheimer. (7)
De ahí la importancia de mantener una microbiota sana y cuidar lo que se ingiere, pues la salud de nuestra microbiota determinará la salud de nuestra mente.
Utilizando edulcorantes naturales como la canela, la miel (de verdad, y sin pasarse) o los dátiles si se quiere endulzar algo, pero aprendiendo a disfrutar del sabor normal de las cosas mejor.
Para finalizar, si se quiere por tanto cuidar ambas, además de tener en cuenta lo anterior, será de especial relevancia tener en cuenta el siguiente punto:
Harinas Refinadas: Proyectiles en el Cuerpo
El trigo ya no es lo que era, la harina tampoco.
Este ingrediente, presente en muchos ultraprocesados, tiene la característica de poder actuar como lo hacía la glucosa, pues carece del salvado y el germen que harían que se digiriese poco a poco.
Pero además se comporta como si tuvieses pequeños aguijones en el intestino. Con lo que consigue no simplemente dañar a la microbiota intestinal, sino que además se vuelve capaz de dañar directamente el SNC.
Esto lo han comprobado varios estudios, como uno que puso de relieve que el consumo de trigo durante la II Guerra Mundial se relacionó directamente con la hospitalización por esquizofrenia. Incrementando en los países en que el consumo aumentó y disminuyendo en aquellos que escaseó.
Así fue como vio que los pacientes con esquizofrenia tenían el tracto digestivo inflamado y que el consumo de gluten estimulaba la zonulina, un proteína que promueve la permeabilidad intestinal. Pudiendo pasar por tanto al torrente sanguíneo para crear inflamación no solo las bacterias de la microbiota, sino también las propias moléculas del gluten.
Lo relevante es que las partículas de trigo moderno tienen la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica y llegar al SNC. Una vez ahí, serán detectadas como intrusas y combatidas por el SI, quien liberará anticuerpos y esas citoquinas inflamatorias, causando un daño a las proteínas cerebelares y a los componentes de la vaina de mielina que recubren a las diferentes neuronas. (8)
Razón por la que en algunas enfermedades como el autismo, esquizofrenia o ataxia cerebelosa se está empezando a recomendar una dieta baja en gluten. Y por la que de normal también se debería controlar su ingesta e intentar que aquello que se coma trigo lo lleve de forma integral.
Conclusión: Cuidar a los Tuyos Cuida de Ti
Como has podido observar, todos estos procesos y enfermedades no se dan de un día para otro, sino que se van asentando con el paso del tiempo, gradualmente.
El cambio es tan imperceptible que no lo acaba notando ni la propia persona ni siquiera su cuerpo. Pues es como cuando uno mismo se miraba en la adolescencia en el espejo, aunque en el fondo estaba cambiando siempre se veía igual.
Por ello, poniendo el juego el principio del Egoísmo Altruista, vas a cuidar de tu salud y la de tus seres queridos, especialmente tus padres.
Porque si lo haces así podrán llevar una vida más tranquila en el largo plazo y tú no tendrás que estar preocupándote continuamente por su estado.
Y lo mejor de todo, podréis pasar el resto de vuestra vida conociendo al otro, estimándole y compartiendo vivencias con él. Cosa que en muchas enfermedades que se han comentado se acaba volviendo casi imposible.
Si por alguna razón ya estás en este caso, no sufras, aunque tus esfuerzos no vayan a revertir la condición cínica siempre ayudan y son bienvenidos.
Como has visto, seguir estos consejos no solo frena la aparición de estos trastornos, sino también su desarrollo.
Además, tu ayuda sería mucho más relevante en el caso de que la persona a la que quieres cuidar no pueda o tenga dificultades para moverse y, por tanto, para hacer ejercicio.
Esto se debe a que quitando la forma física, uno de los grandes pilares para mantener la salud, la alimentación recibe un peso todavía mayor.
Por eso la solución no es simplemente dar galletas María a aquellos que no se pueden mover de la cama para que por lo menos estén contentos (va por ti Sanidad Pública).
Sino que, con el simple hecho de poner un poco de tu parte en un acto de empatía y beneficio propio, es como consigues crear un ambiente saludable para tu círculo y crear relaciones sostenibles con aquellos que más aprecias.
Dejando de envenenarles negligentemente para pasar a desintoxicar esa relación y depurar aquello que os pueda separar, dejando solo lo que os una más.
Bibliografía utilizada:
- Subhankari Prasad Chakraborty (2018): Patho-physiological and Toxicological Aspects of Monosodium Glutamate, Toxicology Mechanisms and Methods, DOI: 10.1080/15376516.2018.1528649.
- Fernstrom JD. Monosodium glutamate in the diet does not raise brain glutamate concentrations or disrupt brain functions. Ann Nutr Metab 2018;73 Suppl 5:43–52. https://doi.org/10.1159/000494782.
- Tan ZS, Harris WS, Beiser AS, Au R, Himali JJ, Debette S, et al. Red blood cell ω-3 fatty acid levels and markers of accelerated brain aging. Neurology 2012;78:658–64. https://doi.org/10.1212/WNL.0b013e318249f6a9.
- Leung CW, Laraia BA, Needham BL, Rehkopf DH, Adler NE, Lin J, et al. Soda and cell aging: associations between sugar-sweetened beverage consumption and leukocyte telomere length in healthy adults from the National Health and Nutrition Examination Surveys. Am J Public Health 2014;104:2425–31. https://doi.org/10.2105/AJPH.2014.302151.
- Sridhar GR, Lakshmi G, Nagamani G. Emerging links between type 2 diabetes and Alzheimer’s disease. World J Diabetes 2015;6:744–51. https://doi.org/10.4239/wjd.v6.i5.744.
- Suez J, Korem T, Zeevi D, Zilberman-Schapira G, Thaiss CA, Maza O, et al. Artificial sweeteners induce glucose intolerance by altering the gut microbiota. Nature 2014;514:181–6. https://doi.org/10.1038/nature13793.
- Kowalski K, Mulak A. Brain-gut-Microbiota axis in Alzheimer’s disease. J Neurogastroenterol Motil 2019;25:48–60. https://doi.org/10.5056/jnm18087.
- Bressan P, Kramer P. Bread and other edible agents of mental disease. Front Hum Neurosci 2016;10:130. https://doi.org/10.3389/fnhum.2016.00130.
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