5-10: Rickmurai Jack
Cambiar de Aires:
No lo soportas más. Has intentado hacer que te guste, tolerarlo, abrazarlo, aceptarlo, integrarlo… pero te resulta imposible y extenuante mantener esa actitud. Te hacen Creer que toda situación se puede trascender independientemente del momento. Y no les faltaría razón si afirmaran que la acción de atreverse a querer es complicada, a pesar de que es igual de neutra que cualquier otra.
Lo que no quieren que tengas en cuenta es que el Ego juega un gran papel en este proceso. Que, sumido por éste, te vuelves manipulable a costa de las pretensiones ajenas, “como si fueses un joystick”. Y que, en ocasiones, harto de “encerrarte en tus mentiras cada día más”, de querer cambiar lo que eres y cambiar el sistema, lo que de verdad necesitas es cambiar de aires:
Antes de tomar acción es importante saber de dónde partes. Aunque suele ser más fácil encontrar el camino una vez estás caminando, es mucho más efectivo pararse, tomar consciencia y marcar un buen rumbo. Definir Tu lucha claramente y entender si tiene sentido para ti. Si la has creado en base a tus necesidades o te ha venido impuesta. Y si la cursas por despecho o porque es lo que genuinamente quieres. La consecuencia de no hacerlo resultará en que andes y andes movido por fuerzas externas y, como los astros, acabes haciéndolo en “círculos”.
Reconociendo tu punto de partida comprenderás si estás vendido, si eres independiente, necesitas operar con compañeros o cortar lazos y encontrar un vínculo libre de ataduras. Si estás dispuesto a “malgastar” en una batalla interminable toda tu vida o Crees que ésta te guía hacia algo (mejor). Y si se engloba dentro de tu área de influencia o estás en un escenario donde “ni pinchas ni cortas”.
Identifícate y encuentra tus diferencias individuales: Quizás eres demasiado indulgente o riguroso contigo mismo. Un idealista empedernido o un llorón que depende del apoyo y validación de los demás para embarcarse en empresas. Puede que incluso, pensando que eres el jodido Inspector Gadget, desprecies todo tipo de ayuda externa. Y no olvides echar la vista atrás. Tu historia te condiciona, y no podrás avanzar si estás atrapado por un pasado que no consigues perdonar.
De cuando en cuando, puedes tener la sensación de que, como Rick, obras “sin narrativa”, de forma “episódica”. Pero hasta este personaje esconde inercias que predisponen su proceder, ya que, como asegura el Morty “Malvado”: “No puedes huir del pasado”. De hecho, mientras que el primero busca correr aventuras para evadir su sufrimiento, el segundo vive a merced de conseguir una hazaña bastante inalcanzable, una que le disocia de la realidad. Ni la construcción de la ciudadela es capaz de sanar el dolor de Rick, porque no es un remedio a su origen, sino un parche.
Por esa razón y a pesar del esfuerzo invertido, Rick no pudo pasar página. Mucha gente se vería reflejada en él, incapaces de valorar plenamente lo que hacen y quienes son. Pudiendo llegar a aborrecer sus propias creaciones y estimando su valía en función de lo externo. Comportamiento que solo te aparta de ti mismo, provoca que pierdas objetividad y hace que proyectes sobre el mundo unas inseguridades dictadas por la escuela, los padres o las farmacéuticas.
El Señor Ojete Sucio lo expresa así: “quería que amara a quien ella creía que era, no aquel en quién me convertía”. Él perdió a su pareja por miedo a ser él mismo. Otros, a su familia por poder vivir la “experiencia de la ciudadela” o el “ideal capitalista”. Y algunos en el mundo real, todo por pretender vivir en una “cuna infinita” Creyendo, como bebés, ser el centro del universo.
Cuando hablamos de la importancia de Vivir, comprendiste que hay que hacerlo en el Ahora, pero teniendo en cuenta el futuro. Solo así dejarás de ser un afectado de lo externo y te convertirás en superhombre, en el antihéroe de tu historia. No estarás movido por las circunstancias, sino que obtendrás tu potencial y valía como individuo de tu Locus de Control Interno. Desde la voluntad propia, la reactividad no tiene influencia, pues la proactividad juega un mayor papel. El único obstáculo que se antepone en tu viaje será la posibilidad de convertirse en víctima de ti mismo.
“En su mente él es la víctima” proclama Morty “Malvado” sobre Rick. Como resultado de estar en contacto con finitas infinitas versiones de sí mismo, Rick decide abrazar el nihilismo. Pues así evita entrar en un bucle autodestructivo y en una parálisis por análisis de lo que pudo haber sido. El problema de esa actitud es que deja de reconocerse a sí mismo en el Otro. Es más, al “matarse” no siente rencor, ya que no se siente parte suya ni se ve reflejado. Puede que no se quiera, que perdiese un sentido de Vida que no ha recuperado o que ese sea el precio de ser el Rick más Rick.
Y aunque haya adoptado esa exaltación de la nada, Rick sigue siendo humano. Algo apreciable cuando aparecen en él sentimientos encontrados, especialmente con su compañero y nieto Morty. Por su parte, Morty actúa como el adolescente de 14 años que es. Utilizando el chantaje emocional por su falta de asertividad y siendo dependiente de su abuelo. De la misma manera, analízate tú. Apreciando desde dónde actúas, tus fortalezas, debilidades y tus interruptores, descubrirás que tienes fines más ambiciosos, como encontrar equilibrio, y más simples, como “cuidar el césped”.
Una vez descubiertos los fines, podrás actuar con consciencia sobre ellos, proponiéndote objetivos alcanzables y que dependan de ti. De nada vale exigirte correr 10 Km al día si tienes sobrepeso y una escasa Disciplina. Tendrán que ser exigentes pero escalables. Así no te entrarán ganas de tirar la toalla ni caerás en la soberbia de crear una “curva finita central” para querer ser el mejor.
No caigas en la ingenuidad de que todo lo que haces está bien y es perfecto. Esta premisa sería totalmente válida en el Ahora, pero deviene en una argucia cuando se tiene en cuenta el futuro. Ya que no te permite echar la vista atrás y aprovechar ventanas de oportunidad, sino actuar sin un fin. Conectado con un momento donde ni el Ego ni tu propósito personal tienen cabida.
Si todavía te preguntas porque solo te hablo de ti y no de cómo cambiar lo externo es que aún no has entendido nada. Déjame confesarte que, por muy buena que sea tu nevera, no se la vas a vender a un esquimal. Y rechazar esto es lo que te lastra. El objetivo del Morty Malvado es noble, sus medios no tanto. Éste, sumido en un mundo de Ricks, se vuelve como su camiseta, en la “oveja negra” del rebaño. Pero en el proceso adopta una actitud consecuencialista.
Las batallas se llaman batallas porque puedes ganar o perder, sino se llamarían regalos. Si quieres ser feliz consiguiendo tus objetivos habrás de cuestionarte hasta dónde llegarás para satisfacer la demanda. Los Ricks dejan de buscar Mortys, los crean y hacen del proyecto “solidario” que era la ciudadela un mercado. Y Morty “Malvado” estaba tan obsesionando con su plan que no tenía reparo alguno en modificar su agenda. ¿Cómo piensas actuar tú?
He de recalcar que para tomar acción no es preciso esperar ver “Mortys saliendo de las cloacas” hablando de esperanza y cambio. Ni aguardar hasta que el “malo” desvele su naturaleza. Sino aprender a emprender tus decisiones proactivamente, como diría Rick, “antes de que esto se ponga político”. Para ayudarte, fíjate de qué clase de sistemas formas parte y como influyes en ellos.
Si finalmente, después de probar todo lo anterior, nada funciona, haz como Morty “Malvado” y cambia de aires. Él, quemado por el sistema al que estaba “sometido”, no decide arreglarlo, sino largarse de él. Igualmente, Summer elige “malgastar su voto antes que alimentar con él un sistema fallido”. Y otros prefieren “resetear” antes que evolucionar. Incluso el símbolo de la camiseta del “villano” (una especie de M) se parece al de Aries, el primer signo del zodiaco. Uno que simboliza el inicio, la creación, y la disposición a tomar nuevas iniciativas y abrir caminos inexplorados.
Ahora bien ¿qué sucede cuando no puedes cambiar de aires o esto sería un parche? ¿cuando ni el horóscopo ni ningún invento pueden cambiar el hecho de que tu familia murió? En ese caso solo queda la vía de la aceptación (≠ resignación). La vía de entender tu parte de responsabilidad, de valorar los esfuerzos ajenos y, como verás en el siguiente post de la serie, de aprender a dejar ir.
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