¿Evolucionas o huyes de los problemas? ¿Y está la naturaleza desfasada?  En función de los años que tiene el universo, solo llevamos una mínima parte ocultándonos en nuestra caja de Faraday, evadiendo a la naturaleza. Pero, además de implicar negar los orígenes, ese pequeño tiempo ha significado un gran cambio, un cambio que, de no ser considerado, puede conllevar nuestra ruina.

Exponía Emilio Lamo de Espinosa que la ciencia ha crecido en estas décadas de una manera vertiginosa, una manera que la cultura no es capaz de alcanzar. Por tanto, los nuevos debates que se plantean superan ampliamente a aquellos que podemos dar respuesta, lo que nos deja de alguna manera amparados a nuestra suerte. Esto significa que hemos sido capaces de ir un paso más allá de nuestros orígenes. De no tomar el regalo de la Vida y pedir más, sino de ganárnosla. ¿Podemos asegurar que la tecnología es “mejor” que la naturaleza? ¿O esta pregunta carece de sentido?

“El mejor padre es la evolución”, afirma Rick. Por mucha tecnología que se posea, el ser humano es y será siempre naturaleza. Perteneces a un ciclo de vida (hasta ahora) inexorable. Naces, te relacionas y mueres con la naturaleza. Al fin y al cabo, la tecnología solo es posible gracias a la ella. Y si lo piensas, aunque se acercase un apocalipsis tecnológico, esto no tendría un efecto biológico sobre ti, pues no es algo que te afecte íntegramente. Sólo si fueras un ciborg, robot o prescindieses de ella, como de un marcapasos, esto cobraría peso. Pero, como comentaba antes, el ser humano es naturaleza, y, si fuese lo anterior, su componente humano se iría desvaneciendo.

¿Deberías abrazar la naturaleza y recurrir a los “caminos misteriosos” que te depara? ¿O deberías apartarte de ella como el bebé que deja de lado su chupeta al crecer? Rick opina que “ha sido cosa de la gravedad”. Y es que, en un universo con leyes “fijas”, ciertos eventos son Inevitables. Nadie obligó al proceso conocido como Big Bang ocurrir. Nadie pidió la creación de “nuestro” planeta y su sistema solar. Y que yo sepa, nadie exigió que se formase la vida basada en el carbono y evolucionase hasta llegar a lo que eres. Sin embargo, aquí estas. La cuestión que acaece de este proceso es: ¿estas débil y vacío o posees un valor holístico más allá del puramente evolutivo?

Quizás eres un improductivo, un científico o un veleta. Pero aquello distinguible como especie es el hecho de la superación, de ir un paso más allá de las necesidades básicas, de transcender. Rick lo expresa así: “si te esfuerzas pasan cosas muy locas”. Al fin y al cabo, no esforzarte en crear “tu propia vida” y mejorarla es algo ineludible, porque eres Cocreador del ecosistema que habitas.

Evolución implica transformación. Aunque ¿a qué precio?, pues no significa que esta sea la más beneficiosa en el largo plazo. Nuestra “avanzada” especie ha conseguido muchos logros. Esto ha ocasionado que padezca de la ilusión de control y se comporte como una megalómana de la naturaleza. Proceso por el que llega a Creer que todo lo que desarrolla es grande y beneficioso, que “tiene el poder divino” y hasta de, como representan Beth y Rick, imitar la evolución.

El dilema Nature Vs. Nurture siempre estará presente. Nos hemos dado cuenta de que no todos nuestros avances están adaptados a nuestras necesidades, como los videojuegos, los zapatos “elegantes” y la comida ultraprocesada frente a jugar en el monte, el earthing y la comida real. Esto no significa que, en el siglo XXI, debamos vivir sin comodidades o como indígenas. Si bien es cierto que sería genial no depender de la tecnología (aunque tampoco de ningún dios), el ambiente idóneo sería aquel en que, con salud física, social y mental, el progreso se puede dar.

Admítelo, quieto no puedes estar. Ya que vivir, como dice Morty, “no es como un videojuego”. En ocasiones estás “contento, a punto de ir al espacio” (superándote), y en otras, lo que necesitas es un “colocón de naturaleza”. Agradece a “Dios” solo la existencia, porque criarte y juntarte ya lo haces bastante bien “solito”. Puede que necesites “malgastar” tu tiempo para valorarlo, pasar algo de miedo y estar descentrado para encontrar el equilibrio o drogarte para apreciar que el mayor subidón es estar vivo, encontrar un propósito y construir tu vida gracias a la Vida.