¿Qué es el arte? ¿Puede ser producido por una IA? ¿o está solo a disposición del entendimiento humano? Actualmente los ejemplos de IA son pocos, y la mayoría (por no decir todos) no poseen propósito ni capacidad de aprender por sí mismos, sino que recopilan y procesan información en base a unas directrices se les ha proporcionado. Algo que Rick expresa al decir que lo único que ha hecho ha sido “escribir un algoritmo y usarlo para automatizar un proceso al que llamas arte”.

Este tipo de tecnología podría ayudarte eficientemente en tus proyectos. En sí es capaz de procesar múltiples ejemplos y combinar las características y principios de cada uno para formar patrones complejos que te llevarían mucho más tiempo entender por tu cuenta. Pero esta no es para nada autoconsciente y, por tanto, no comprende aquello que está haciendo, sino que lo hace y ya. Pues, de tener un pequeño atisbo de realidad, las cosas probablemente cambiarían y esta tecnología podría llegar a usar nuestras debilidades biológicas en su favor para mejorarse y expandirse.

Como ya expongo en mi artículo del Transhumanismo, la verdadera pregunta sería: ¿Qué máquinas estamos dispuestos a crear y cuanto control delegaremos a estas? Por otra parte, no está claro que, si les damos libre albedrío a las máquinas, estas adopten un instinto de supervivencia, y, sobre todo, de reproducción. Además, deberían de conseguir adquirir esta autoconsciencia que mencionábamos y saber poner fines a sus acciones. Encontrando un propósito verdadero (no como el de “la tumba que se derrumba al activar las trampas”) y no autodestruyéndose en el proceso.

Lo que sí se sabe a día de hoy es que humano y máquina son cosas muy distintas. Y este es el problema que no sabemos ver. Tratamos de asemejar la IA a nuestra humanidad, cuando esto equivaldría a que un águila enseñase a volar a un elefante. Por eso defiende Rick “que no te absorba esta subcultura”, aunque luego, según este ejemplo, se contradiga al afirmar que “lo importante de robar algo es ese algo y no el robar”. Ya que, con esta perspectiva que podríamos tachar de consecuencialista, no comprendes la individualidad y excepcionalidad de cada uno, sino que juzgas por el resultado. Si lo piensas, esto sería como tachar a Kaspárov de idiota porque le ganase Deep Blue al ajedrez en su 1ª partida. Sin tener en cuenta que el primero es un supercampeón humano mientras que el segundo un ordenador dedicado exclusivamente a eso.

Tenemos miedo por como estos asuntos afectarán en un futuro, algo que no es para menos viendo la tendencia exponencial que la tecnología ha sufrido en las últimas décadas. Pero esto no es razón para evadir su inevitable desarrollo, sino para estar mucho más atentos, ser conscientes y regularlo en la medida que podamos. Algo muy diferente a como creen muchos científicos y comités éticos, que lo único que hacen es (como ilustran Rick y Morty con Tusk) moverse de un lado para otro sin ningún fin. El río y la cultura no se encauzan solos ni se detienen hasta que estemos preparados.

Es fundamental comprender si lo que haces sirve a un propósito, a alguien o a “nada en absoluto”. Rick, en esta parodia de Ocean’s Eleven, detesta formar equipos porque cree que cada uno mira siempre por su Ego y el propósito final se pierde, una acción que él mismo acaba fomentando. Aleatrón cree que no tiene propósito, aunque este es su propósito. Y otros creen ciegamente que “están programados para obedecer”, que “el único golpe perfecto es el que nunca se ha escrito” o que “un golpe no vale nada sin un doble juego”. Creer y propósito no van de la mano.

Toma consciencia, sé conocedor de que, como dicen, “las oportunidades que se pierden son las que no se intentan” o de que quizás “nos han programado para creer eso” y “ya nos han robado”. Tu Ego es amante de estas complejas tramas de doble juego, Cree que le supone un reto sobre el que intentar sobreponerse. Pero la Esencia no entiende de ello, ella es autosuficiente, sabe cuál es su verdadero Propósito y actúa de la manera con que más conecta, no como cree que ha de actuar. Así, no necesita de directrices y comprende que la propia inacción es una manera de tomar acción, estando en paz con el proceso y resultado. – O eso es lo que te estoy haciendo Creer Yo… –