3-8: Los malos rollos de Morty

3-8: Los malos rollos de Morty

rick y morty 3-8

Borrar Recuerdos:

¿Qué harías si tuvieses un neuralizador como el que tiene Rick (inspirado en la película MIB)? ¿Acaso existe algún recuerdo, persona o canción pegadiza que te gustaría olvidar definitivamente? Las situaciones no son siempre sencillas, pero el cómo las afrontas define quién eres y quién estás destinado a ser. Pues huir de ellas es una maniobra que solo parchea una necesidad subyacente, que o bien no has querido detectar o ante la cual te sientes impotente:

Es condición humana tener recuerdos agradables y otros no tanto o que en ciertas ocasiones preferirías no recordar. Los recuerdos, como quizás has escuchado en otros sitios, están anclados a emociones. – De ahí que sea más fácil estudiar o retener un concepto/hecho si consigues relacionarlo con la actividad de tu sistema límbico, especialmente si esta actividad entraña peligro de muerte – Y son estas emociones las que, al ser recordadas, determinarán tu actitud hacia ese recuerdo (a menos que tu camino de autoconocimiento te permita inferir conscientemente sobre ellas impartiendo neutralidad). El problema no es el problema, sino tu actitud frente al problema. Los traumas funcionan mejor al revisitarlos porque los pasas por la consciencia y quitas peso.

La emoción que prevalece al evocar un recuerdo es aquella que más duración ha ocupado en el tiempo o que más ha impactado. Aunque, en determinadas ocasiones, ésta puede ser remplazada por la última sentida (debido a tu sesgo de disponibilidad), una estrategia utilizada en marketing por la cual eres fácilmente manipulable si sueles actuar en Piloto Automático y no eres ecuánime.

Es de vital importancia saber comportarse entorno a tus recuerdos y tener control pleno sobre ellos, pues solo Tú sabes cómo sucedieron (al menos a nivel emocional respecto cómo los sentiste en aquel momento, ya que, como viste en otro artículo, los recuerdos subjetivos son maleables). Aquel que intente cambiar tu narrativa estará, en última instancia, tratando de cambiar tu individualidad (aunque diría Rick: “solo en sentido literal”, pues no eres dueño de la vida ajena).

Desarrolla autoconfianza y cuestiónate qué es aquello que haces y con qué propósito lo haces, pues sino acabarás “anclado en humanidades” o como el guerrero que quería ser sacrificado por Rick y acabó dudando de su existencia por dejar a Morty, a quien además culpa, interferir en ella.

– Sí, sé lo que puedes estar pensando: “pero es que… hay recuerdos que son horribles y me gustaría olvidar por siempre” – Primero de todo: ¿Por qué querrías borrar algo? Piénsalo detenidamente, no la primera respuesta que se te venga (si hace falta cuestiona el porqué de cada afirmación que pueda surgirte). Segundo: ¿Qué es eso que te hace sentir tan mal? ¿acaso es justificado? Y en el caso de que este “lavado de memoria” fuese regularizado por el Estado ¿cómo se priorizaría la atención? Y tercero: ¿Qué actitud tomas respecto al hecho y el recuerdo asociado que tienes de él? ¿Dejas que te defina? ¿Das nombre a tus traumas, alimentándolos?

Rick opina nihilistamente: “no intentes sacar lecciones de todo”. Yo digo: “trata de sacar lecciones valiosas de todo lo que hagas y pienses, cuanto más salgan de tu interior y resuenen contigo, mejor”.  Por ese motivo, vas a intentar sacar lecciones respecto a las cuestiones antes planteadas:

  • ¿Por qué querrías borrar algo?

    Imagina que “desafortunadamente” has experimentado una situación que apelaba a tu integridad como persona, como una fuerte agresión física. Ahora te preguntas: “¿Por qué querría borrar el hecho de que me agredieron?” Incluso puede parecer que tiene una respuesta sencilla (“porque me sentí fatal”, “porque – proyectándote – no querría que nadie experimentase lo que yo viví”, “porque…”) No todo lo que reluce es oro; verdaderamente una cuestión de este carácter no puede ser tratada a la ligera. Por ello, no deberías conformarte con la primera respuesta que tu subconsciente te arroje, sino que deberías ir más profundo, “buscar pistas” y tratar de averiguar el origen de tu Sufrimiento. Pues solo así podrás entenderlo para tener la posibilidad de aceptarlo y superarlo.

José Ortega y Gasset proclama en Rebelión de las Masas “el pasado es revenant, si se le hecha, vuelve”. Experimentar la realidad Duele, pero creer que no debería hacerlo equivale a negar uno de sus componentes esenciales. No hace falta (si quieres conservar energía y tiempo) recordarlo absolutamente todo ni enterrar tus recuerdos (porque siguiendo con la frase de Ortega, volverán como zombis). Basta con ser consciente que a veces, como se queja Morty, “la familia da asco”.

Algunos filósofos creen que todo en la vida ocurre por un motivo, porque ese momento era destinado para ti e ibas a descubrir cómo… Si tengo que ponerme del lado de Rick es en estos momentos; No vivimos en un mundo determinista donde las cosas ocurren de cierta manera, pues de saberlo actuaríamos diferente. Y sí, “debería haber pruebas”, asique permíteme dudar.

Lo único que la noción de “todo ocurre por algo/las casualidades no existen” nos enseña, es a ser unos paranoicos (al menos de la manera superficial en que lo estoy tratando) y a tratar de sacar lecciones constantemente. A buscar el tiro rápido, y no la muerte lenta y concienciadora. Lo que yo defiendo es que puedas conectar contigo y tu capacidad de resiliencia, que tomes el control de TU vida y no te dejes llevar por la concepción de “si pasa, será por algo”. Solo así actuaras como Crees que debes y no como te han enseñado o programado a actuar, por defecto y sin pensar.

De ahí mi crítica al condicionamiento social; Estar demasiado en contacto con éste te desvía de tu foco, de tus sensaciones internas y de la certeza de que no todo en la vida sucede como Creías que debería ocurrir, sino de diferentes e inesperadas maneras. Morty se pregunta: “¿cómo he podido ver los recuerdos de esas otras personas si no estaba cuando los vivieron?” Razón no le falta, nadie que yo conozca puede lograr semejante hazaña, pero todos utilizamos su versión barata, la versión de proyectarnos (con nuestros miedos, fortalezas e inseguridades) sobre la vida de los demás. De ahí que, sin darte cuenta, te entrometas donde no te llaman o, precipitado por los prejuicios, Creas que unas personas se sintieron de cierta manera ante una situación (como hace Rick al modificar los recuerdos). No ves claramente, ya que tienes “una mancha en la lente”.

  • ¿Qué es eso que te hace sentir tan mal? ¿acaso es justificado?

    Entramos en el terreno de los qualia, las percepciones subjetivas que tienes respecto algo y que, al ser solo tuyas, no son cuantificables por los demás. Por ese motivo, quizás esa agresión física te haya sentado igual de mal, o incluso menos que la vivencia de una persona a la que le ha dejado su pareja y quiere borrarla de su vida (como en la película Eternal Sunshine of an Spotless Mind, de la cual tengo otra reflexión), o la de un bebé al que le has quitado el chupete. Los vives y los padeces, pero no puedes superponer tus “malos rollos” sobre los de otros y viceversa, porque tus “malos rollos” son solo Tuyos.

  • ¿Qué actitud tomas respecto al hecho y el recuerdo asociado que tienes de él?

    Mientras que hay personas que “viven en la Luna”, agachan la cabeza y “siguen con su vida” al pasar una adversidad, existen otras capaces de reinventarse, de sacar el jugo de ella y nutrirse para la próxima o cambiar totalmente su perspectiva. Por otra parte, me he cruzado con otras que aseguran que un mal momento es un mal momento (nada que rebatir) y que, por tanto, por muchas vueltas que le des, no hay nada de bueno, que lo mejor sería no vivirlo o tener una máquina de estas. Es crucial la actitud que adoptas ante distintos eventos y cómo te relacionas con ellos. Pues, en la medida, cautela y distancia con que lo hagas, dejarás que te definan y de qué manera podrán hacerlo si se lo permites.

En los ejemplos que acabo de mencionar, la primera actitud es la de una persona resignada, una que no deja que un hecho defina su vida (ya que no tiene significado subjetivo alguno), y por ello no modifica su actitud. Como un perrito que, a los 2 minutos de que salgas por la puerta y entres, pierde su noción del tiempo y te saluda igual de fervientemente que cuando vuelves de vacaciones.

 

En el ejemplo final, por su parte, nos encontramos con una actitud victimista. Y cuidado, porque yo mismo y muchas otras personas que trabajan en este ámbito hemos caído en la comodidad de enmascarar sutilmente tras esta tendencia muchos de nuestros problemas. Aparentando que no nos afectan personalmente y queriendo asemejarnos a los del grupo anterior, pero donde el resentimiento e impotencia que esos problemas provocan solo es alimentado por ánimos “no deseados”. Acabando por cuestionarnos, como hace Morty: “¿cuánto llevo pidiéndote que me borres recuerdos?”. Pues cuando uno empieza con esta dinámica le es difícil detenerse.

Por último, me gustaría mencionar a esas increíbles personas, capaces de sacar el jugo de las experiencias, ya sean “limones” o “naranjas”. Éstas van a ser las que salgan más beneficiadas respecto a una situación que no preveían ni buscaban de forma voluntaria y las que, en el futuro, menos quebraderos de cabeza se van a llevar (lo cual equivale a menos terapia postraumática si el acontecimiento les ha impactado lo suficiente). Porque saben quiénes son y dónde están.

Y es que esta clase de personas no conciben a esas experiencias como algo fuera de su alcance y por cómo son objetivamente. Sino que son capaces de involucrarse en la historia, de ser partícipes de ella, interpretar su papel, analizarlo con las posibles consecuencias que las diferentes opciones pudieron haber desvelado y de no dejar que esos “malos rollos” (de su Ego) les definan. Donde son capaces de “numerar en vez de poner nombres” y de tratar las cosas como son, no por colores.

Sería ideal que todos llegásemos a ese nivel de consciencia y toma de responsabilidad. Un nivel dónde puedes ver el limón y la naranja como las frutas que son, y beberte su zumo del mismo modo que te bebes un vaso de agua. Pero entendiendo como sus cítricos te afectan y repercuten en tu salud, energía y estado de ánimo, para así tomar la responsabilidad PROPIA adecuada.

Recuerda, tus recuerdos y, en concreto, la emoción y la actitud que tienes ante ellos es lo que en suma determinará quién eres y en quién puedes convertirte. Si vas a vivir con miedo o a VIVIR CON NUEVAS POSIBILIDADES antes no o poco concebidas. Y claro que te puede apetecer impulsivamente borrar algo de tu mente, como Morty al señor Lunas o el suelo perfectamente nivelado de Rick. Pero entonces, cuando lo borrases ¿seguirías siendo Tú? Objetivamente lo serías, igual que Morty era Morty, pero quizás no seas esa versión tuya con todas las posibilidades a su alcance. Nietzsche afirmaba que “la vida no es más que una secuencia de vivencias colocadas de forma única en el espacio y tiempo” (una “interminable retahíla de referencias”). Esa exclusividad es lo importante de la vivencia, lo que te hace Ser y muestra Quién eres.

Ese Quién eres va a determinar cómo te comportarás en un futuro e incluso hacerte creer y ver cosas que objetivamente no son. Como Morty al señor Lunas en la Luna (probablemente inducido por verlo previamente y por la exposición a vida alienígena con Rick) y el director Vagina al interpretar como pedofilia lo que Morty le cuenta. Además, como dice Rick: “Si crees que con tu ojo de cavernícola y una burbuja de aire sabes de precisión, eres la razón del fracaso de esta especie”. No eres perfecto, pero eres quién eres. Aún con amnesia anterógrada seguirías siéndolo.

Porque ¿qué ocurriría si un día olvidas todo, tanto lo “malo” como lo “bueno”? Morty se cuestiona: “¿Cuántos recuerdos no son más que errores que he cometido? Porque igual dejaría de cometerlos si pudiera aprender de ellos”. Como puedes intuir, es probable, que al perder su memoria y la de Rick, se repita esa misma escena continuamente, extraviándose el aprendizaje.

Y es que, sin contexto no eres Nadie más que lo que ves. “¿Qué sentido tiene seguir si todo lo que ocurre acaba aquí metido?” se pregunta Morty. ¿Qué es la vida sin sus subidas y sus bajadas? ¿Acaso puedes apreciar el “bien” si no sabes cómo es el “mal”? Son tus recuerdos, y cómo los vives y experimentas los que te hacen Ser quién eres y te permiten orientarte. Porque sin ellos, viviendo totalmente desprendido de lo que fuiste, la vida ya no sería Vida y tú ya no serías Tú.

 

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