3-7: Confusión en la Ricklántida

No nos pagan por pensar. De hecho, se invierte dinero para que no lo hagamos, para explotar sesgos y recursos cognitivos en nuestra contra y que a nuestro cerebro no le cueste esfuerzo decidirse en torno a quien elegir y dar “su voto”. Rick lo expresa así: “quién siga en la Ciudadela será rehén de sus horribles ideas”. Por esta razón él decidió vivir su vida, no besar el culo a nadie y convertirse en lo que algunos atrapados en la consensuada mentira llamarían “la oveja negra”.

Entonces ¿en quién deberías confiar? ¿Cómo sabes que esa persona es la adecuada? ¿Y qué es siquiera lo adecuado? Puedes ver como el Rick policía se fía del Morty desconsolado y éste lo acaba apuñalando por la espalda, literalmente. Pero tras el evento es capaz de comprender Su lección y matar a su compañero Morty antes de que él lo haga, porque transcendió la manipulación por falsa compasión y aprendió a confiar en sí mismo. Y es que esa es la llave para vivir libre, confiar en uno mismo, no dejarse arrastrar por los demás, las tendencias, las modas… y poder desarrollar un pensamiento crítico y objetivo (enemigo acérrimo de la programación para masas), el cual te dejará estar en libertad para hacer lo que realmente quieres y conseguir la realización.

Importante es diferenciar la dura verdad de la dulce mentira. Lo cual puedes apreciar en Rick el Sencillo, un Rick capaz de transcender el legado de los Rick para dedicarse a lo que más quería y vivir con su hija. Aunque forzadamente obtuvo el mismo destino del Rick “terrorista”, quien abrió los ojos, pero acabó viviendo de la mentira, de unos sueños y libertad falsos “entre barquillos”.

Como defendería Ortega: hay que saber transcender la rebelión de las masas, un momento en el que las minorías (gracias a los medios de comunicación) han ganado popularidad y son capaces de imponer sus pretensiones sobre los demás (en especial socavando sentimientos de culpabilidad en estos). El Morty Director asegura que no le pagaban para tener fe, pero Rick Detective le acaba por revelar que no es fe lo que necesita, sino miedo, un miedo que toque sus instintos básicos, un miedo que le permita actuar y decidir con consciencia sobre sus actos y papel en la sociedad.

Sin consciencia y dormidos, “los Mortys son solo secuaces, sin alguien a quien acompañar son balas perdidas”. Quizás los nuevos no son los que no entiendan cómo funcionan las cosas, sino los que mejor lo hagan ya que pueden abstraerse de la realidad en que muchos que están sumidos no pueden escapar. Rick Policía afirma que, aunque el barrio Morty sea un asco, no significa que ellos mismos deban serlo, porque es posible transcender esa realidad y no ser un secuaz suyo.

El verdadero problema se encuentra en el sistema que defendemos sin conocimiento, ciegamente, un sistema en el que, como dice Rick “terrorista” “nos dijeron que éramos especiales porque éramos Ricks, pero nos han quitado todo lo que nos hacía únicos”. Un sistema en el que como expresa Rick Textil, da igual quien se siente en la silla mientras que todo funcione como lo ha venido haciendo. Un sistema en el que la mayoría son los peones de los que juegan al ajedrez en su cumbre, en el que los deseos de los Mortys nunca se cumplen y donde lo normal es la norma.

Como dice Morty Presidente: “La brecha que veo yo es entre los Ricks y Mortys que quieren una Ciudadela dividida”. Este poder se nutre de la no unión de fuerzas de los ciudadanos que lo integran, por eso “en las calles, dan armas a los Mortys para que luchen entre ellos en vez de contra las verdaderas injusticias”, porque así se desvía la atención de lo Realmente Importante.

Mientras que el Rick General aboga por la guerra y el Rick Malabarista se gana con sus acrobacias a la gente, hay otros Ricks y Mortys que se nutren de la muerte de la Ciudadela. Rick Wonka dice que “esta Ciudadela la fundaron los Ricks para que los Ricks fueran libres”, un objetivo noble, pero cuyo significado se ha difuminado con el tiempo. Cuestionándose después: “¿en qué nos hemos convertido?” Transciende tus creencias, así como el pensamiento común y fácil de adoptar, forma tus propios ideales y no te dejes arrastrar, porque “los discursos son para las campañas”.