2-8: Cable interdimensional 2
Asertividad:
¿Es legítimo sustituir la integridad de una persona por la de otra? ¿Eres capaz de dar una respuesta honesta y congruente a la cuestión anterior? ¿O eres de esos que buscan hasta excusas para no compartir el “2º cajón de la nevera”? Si has crecido en un entorno similar al mío, no te habrán enseñado a comunicarte eficazmente, sino a callarte ciertas cosas, a Tratar de dar explicaciones coherentes para otras y a sentirte culpable en ciertas ocasiones. Tranquilo, existe un remedio para esto, y no es decir lo que piensas cada segundo, sino algo que se puede asemejar: la asertividad.
En tu vida diaria tratas con muchas y diferentes personas, cada una posee unos intereses propios y tiende a buscar, como decía Aristóteles, su propia felicidad. Por ese motivo, nuestras acciones pueden desagradarles y, en una maniobra poco tolerante, provocar que intenten alejarnos de nuestras pretensiones por medio de manipulaciones. Cuando 2 personas en un conflicto no poseen conocimientos asertivos (o no los aplican porque las emociones del momento han obnubilado su capacidad de raciocinio) se comienzan a dar esas manipulaciones y contra-manipulaciones. Éstas solo encubren las verdaderas necesidades de ambos individuos y, al final, la persona con mejor oratoria, capacidad de control emocional (tanto ajeno como propio) y que sea más eficiente a la hora de provocar sentimientos de culpabilidad en el otro será la que “gane” ese conflicto.
Este es el caso de Jerry, quien recién despertado en un hospital (situación que nos haría sentir desprotegidos o faltos de control, no fomentando nuestra comodidad, autoconfianza, y, por tanto, asertividad) es manipulado para que done su pene por una causa “mayor”: A Jerry se le hace sentir torpe, alegando que su planeta es primitivo y su cultura gira en torno al miembro viril, y, a su vez, que es mala persona porque No sabe. Esto acaba por generarle una sensación de culpa, ineptitud e indefensión que “lo fuerzan” a ir en contra de sus necesidades resignadamente, tratando de evadir esa “culpa” y pareciendo apto. Pero Jerry no es lo suficientemente asertivo para admitir ser el único y propio juez de sus acciones en un contexto donde no se le privará externamente de su libertad (circunstancia que si ocurre al final del episodio, donde Jerry irrumpe en la sala de cirugía, y sus acciones incoherentes y amenazantes provocan que lo disparen).
Este tipo de conversaciones manipulativas no las tiene solo con el personal médico desconocido, sino también con sus allegados (como irónicamente sucede en tu vida y en la mía), como su esposa Beth, a quien intenta hacer responsable de “su problema” con una manipulación (“No lo he consultado con mi esposa”) a la que el médico responde con una contra-manipulación (“¿cree que le parecerá bien?”) y Jerry afirma positivamente para desprenderse de su culpa cuando podría perfectamente decir No lo sé. Después, conversando con ella (quien adopta una posición manipulativa sirviéndose de la dificultad conocida de Jerry para afirmarse asertivamente) le dice: “Si tú quieres conservar el pene di bien alto: Quiero conservar mi pene” (sabiendo que eso genera presión en él), a lo que Jerry, no asertivo y contra-manipulativo, responde: “¿Qué hombre diría algo así si el universo necesita su pene?”, y a lo que Beth, suscitando más sentimientos de culpabilidad en él, contesta “¿Qué esposa sería yo si me interpusiera en tu decisión?”.
Finalmente, Jerry opta evadirse mediante el uso de la información médica encontrada para así no enfrentarse asertivamente a su problema y, al no gestionarlo adecuadamente, la presión pública hace que acabe por insistir en donar su pene (ya que esto afecta gravemente a su patrón de personalidad, algo que observamos cuando dice “Solo quería caer bien a todos”), a pesar de que otras alternativas, como la del corazón sintético, estuviesen disponibles.
Ya te cueste decir “prefiero mi pene”, “no lo sé” o “me importa mucho mi espacio personal”, la asertividad es una habilidad que puede practicarse. Morty afirma que es probable que la delicada sensibilidad de algunas personas interfiera en su capacidad para obtener una verdad más objetiva y evolucionada que la de los que se comunican sin más (más asertivos). Y es que, como dice Beth, “no puedes hacer que te quieran”, pero, con pasión y amor propio, todo se resuelve mejor.
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