2-2: Huída a Mortynoche
¿Cuánto Vale 1 Vida?:
¿Cuánto vale 1 vida? ¿Valen todas lo mismo? ¿Quién decide sobre estos asuntos? y ¿Cómo surgieron siquiera? Estas son algunas de las preguntas que nos pueden surgir al ver este frenético episodio, donde se ponen sobre la mesa varios debates éticos:
Por una parte, tenemos que intentar definir qué es la vida, pero ¿cómo es posible describirnos si solo nos vemos a nosotros mismos?, o mejor, sombras de lo que somos, como en el Mito de la Caverna. Sabemos que nuestra estructura celular se basa en el carbono (C12), pero no logramos entender el porqué de esta preferencia, qué tiene de especial, y si en la demás vida que pudiese existir en el cosmos sería también el carbono su sustento y no otro átomo como el oro o un gas (como la nube de “pedo”). Por otra parte, es complicado analizarnos a nosotros mismos, ya que normalmente juegan en nuestra contra sesgos como la Ilusión de Control y, en un caso remoto, puede que no actuemos libremente del todo y estemos en el “Roy” de nuestro mundo, en una simulación como la de Matrix controlada por seres superiores.
No sabemos a ciencia cierta cuándo surgió la vida en el universo, ni si existió en otros lugares mucho antes que en nuestro planeta (y tengamos por ahí “matusalenes” extraterrestres, aunque posean una capacidad tecnológica menos avanzada). Por eso mismo, el hecho de que una vida alienígena tenga derecho a purgar a otra es un asunto tan enrevesado, pues quizás los purgadores no entienden el desarrollo y trayectoria de la vida a purgar, o viceversa, los purgados no entiendan la amenaza que representan (aunque el hecho de purgarlos pueda favorecerla). Similaridad vista en el planeta de Jerrys, donde “tener menos de 8 miembros” se considera una discapacidad.
Por último, nos encontramos con la gran cuestión del valor de una vida, una que ya se ha planteado numerosas veces, como en el Dilema del Tren o cuando Rick exclama “matas a mi mejor cliente, pero salvas a un pedo-telépata”, y para la que no hay un consenso, pues las opiniones son de lo más variadas y binarias (ya que no puedes decir, “Quizás tengas razón y solo me pertenezca media vida”), y otros afirmarán que “algunos estereotipos tienen base científica”.
Rick nos plantea la posibilidad de una mentalidad planetaria, esta entraría en juego en un universo donde ya se haya resuelto la Paradoja de Fermi, quizás la del Gran Filtro, y donde los viajes interespaciales sean posibles. En este sentido, es de esperar que la cultura de nuestro planeta se haya renovado y adaptado en aras de conseguir una paz y armonía con las otras vidas. Aunque no todo es tan sencillo y 2 culturas que llevan milenios en formación no pueden entenderse en solo unos años. De ahí que esta mentalidad planetaria sería la compartida por la mayoría de la gente que no se hubiese adaptado al cambio y no entendiese cosas como “mato a quien sea donde sea”.
Por contraposición, una mentalidad “universal” sería la de Rick, por ejemplo, quien ha viajado lo suficiente, entendido que significa la existencia en los diversos lugares que ha estado y comprendido como fluye el ciclo de la vida, muerte y progreso. Una condición que le ha llevado a convertirse en el nihilista que es hoy en día, no intentando cambiar el destino del mundo, admitiendo que “todo se da, de la manera que se tenga que dar” y aprovechando esa condición para fomentar su felicidad, lo cual vemos al comienzo del capítulo cuando vende el arma.
¿Quién elige que vivas o mueras? ¿Es otra persona, otra forma de vida, tú mismo, el destino…? No tenemos las respuestas a estas preguntas, Rick diría que la vida es predecible y sigue su curso, pero tampoco lo logramos entender del todo. Por ello, es de especial importancia si, como Morty, valoras las demás vidas por encima de la tuya, si, como Rick, la única vida por la que has de preocuparte es la tuya y las demás carecen de sentido, o, si como los Jerrys, todos pueden tener sus similitudes y diferencias, pero ninguno vale más que otro, nada que hagan o puedan llegar a hacer los define y todos son iguales al fin y al cabo (si bien es cierto que han sido llevados allí por otra vida que se creía superior a ellos).
El quid de la cuestión está en cómo cada uno interpreta su vida, y, consiguientemente, la de los demás. Es imposible proyectar algo que verdaderamente no somos, por ello la gente que no valora su vida, como el policía engranaje que se suicida, no puede llegar a valorar la de los demás, pues en ese proceso encontraría como única fuente de valor el propio hecho de vivir y no circunstancias ajenas (como que su amigo se acuesta con su mujer). Así, sería imposible quitarse la vida propia, ya que la vería con el mismo valor que el resto y sería como si estuviera matando a otra persona. Por esa razón, Morty al valorar la vida ajena está valorando la suya misma.
Algunos tratan de no lidiar con semejante dilema y optan por la deshumanización (como Rick cuando afirma “ese nº es tu padre, si lo pierdes no podremos recuperarlo”), o “desvidización”, como sucede en este caso, donde se prioriza una actitud en la que no ves a las demás vidas como un fin en sí mismas, sino como un medio, ya sea un medio para tu felicidad o la de otros, el crecimiento de un sistema, etc. Estas posturas podrían ser llevadas hasta extremos donde nadie tenga algo que le distinga, sino que todos somos formas que la Vida tiene de expresarse físicamente y no importaría cambiar a un Jerry por otro al no tener el boleto adecuado, ya que todos serían iguales. Este ejemplo se repite con el “pedo”, quién asegura no tener nombre, ya que probablemente en su cultura estos sean vistos como un anclaje, o, si son más transcendentales, como una prisión de la Esencia e identificación con el Ego, según diría Eckhart Tolle.
¿Cuánto vale una vida entonces? Aunque llegásemos a consensos, como comentábamos antes, una vida no puede llegar a comprenderse a sí misma del todo, y, por tanto, no puede comprender fielmente la de los demás. Aparte del problema que hemos planteado previamente, sobre si tu vida vale más que la de los demás, tenemos otro problema mayor: ¿en base a qué estamos comparando? ¿Podemos decir que una vida vale X cantidad de dinero? De ser así, ¿quién puede ratificarlo? ¿No podemos medirla porque es algo trascendente y por tanto no puede ser comparada? De acuerdo, pero quizás la parte material sí que pudiera tener valor…
Sería completamente loco y absurdo, al menos a día de hoy y con la conciencia planetaria que poseemos, ponernos a comparar 2 vidas distintas, comerciar con ellas o especular sobre su valor (aunque desgraciadamente en algunos lugares de nuestro planeta se haga, sin conocimiento moral y ético, claro). Porque esto es igual de estúpido que alegar: “2 cuervos valen como 1 Morty”.
¿Qué ocurre entonces cuando una vida equivale a la perdición de otras? Como hemos visto en el episodio, de no haber interferido Morty el “pedo” hubiese muerto, pero, al salvarlo, numerosas cantidades de guardias, polis y civiles fueron aniquiladas, para que, finalmente, el “pedo” muriese. Vidas por más vidas, “Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”, diría Gandhi, mientras que otros alegarían que “la vida ha de protegerse incluso con sacrificios”; ¿implica eso sacrificios de otras vidas? Porque así volvemos al comienzo, ¿quién decide cuál vale más y su organización?
Verdaderamente, estos temas son un gran quebradero de cabeza, pero el hecho de que tengamos conciencia para analizarlos y reflexionar sobre ellos es algo maravilloso que nos ha deparado la Vida. Por ello, tenerlos en cuenta de vez en cuando y ver cómo nos pueden llegar a influir, para cuestionar como actuaríamos nosotros, es tan esclarecedor y enriquecedor.
Para finalizar quería hacer reflexionar al lector acerca de cuál es su postura, ya que, aunque ahora estábamos hablando de vida alienígena tenemos mucha más vida en nuestro planeta que a veces no tenemos muy en cuenta. Esa es la que la naturaleza nos ha puesto delante y sobre la que no sabemos cómo actuar en muchas ocasiones, surgiendo así debates como los planteados hoy, pero a los que damos menos importancia ya que no afectan a nuestra integridad física como personas, al menos desde un punto de vista directo. Y es que, si reflexionamos profundamente, vemos que no hay nada más cierto que aquello que dice el “pedo”: “No poseo más valor que la misma vida”.
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