1-8: Sesenta Rick-nutos

¿Somos lo que somos, o aquello que podemos llegar a ser? En la visualización de realidades alternativas por parte de nuestros protagonistas, muchas de ellas poseían un carácter cómico e irreverente, pero cobraba una especial importancia aquellas que “por algún casual” mostraban una vida alternativa de estos.

¿Cómo actuarías si pudieras verte a ti mismo fielmente en otra realidad? ¿Te ayudaría a obtener la motivación necesaria para llegar hasta ese nivel (especialmente si a día de hoy lo ves como algo satisfactorio)? ¿te asustaría saber cómo ha podido ser tu vida y no lo ha sido? o ¿te resultaría curioso, pero seguirías llevando la vida que actualmente tienes (te estimule o no)? “Ahora que sabes que podría haberte ido mejor me echas en cara que te haya arrastrado” reclama Beth a Jerry. Compararnos objetivamente es una tarea difícil que puede volverse casi imposible cuando se trata de hacerlo con nosotros mismos porque este proceso implica aceptar, como dice Beth, que “soy la versión de mí misma que no lo hizo” y no sentirnos mal por ello.

¿Qué ves cuando recuerdas a tu Yo de pequeño? ya sea imaginándole o con recuerdos materiales como álbumes de fotos, ¿te entra nostalgia, querrías volver a tener la edad que visualizas, o, por el contrario, la abrazas y entiendes que todo cambio es necesario? ¿cómo te relacionas con ella? ¿la desprecias por haberte conducido por “malos” caminos? ¿la veneras por haberte dado los recursos necesarios para llegar a donde estás? ¿o la toleras y la ves como algo neutro, que en su momento tuvo sentido pero que ahora no te define como persona, no pudiendo así condicionarte?

Existen numerosos eventos que pueden tener un gran peso e influencia sobre nuestra actitud en la vida futura, como “tener hijos”, según comentan en el episodio. La verdadera pregunta está en si esos eventos son capaces de hacer que dejemos completamente de lado nuestros ideales o de si estos últimos nos estimulan tanto que somos capaces de adaptar nuestro esfuerzo y energía para ser pragmáticos y poder lidiar con ambos.

Pensamos, pensamos en “lo que pudo haber sido”, como comenta Jerry, y en lo que será. La verdad, es que no tenemos ni la menor idea de nada y lo único que se nos da bien es hacernos todo tipo de ilusiones y proyectarnos de alguna manera sobre nuestros sueños o pulsiones no resueltas. Aunque pensemos, la mayoría de nuestras acciones cotidianas no provienen de un foco racional, sino de uno emocional y reptiliano, así, aunque muchas veces “creamos” que estamos actuando de manera objetiva y buscando el “mayor beneficio”, en el fondo lo hacemos regidos por las emociones presentes y buscando nuestra supervivencia más cómoda. Un ejemplo que ilustraría este comportamiento lo vemos con el tema del aborto: Beth y Jerry están pensando en abortar, creen que lo harán para poder vivir su vida y no tener impedimentos oportunistas, pero, a nivel interno, la emoción del miedo es la que rige sus decisiones (y quizás también influya la reptiliana en función de su situación socioeconómica y su capacidad de alimentar una boca más).

¿Cómo desearíamos que fuese nuestra vida? ¿mejor, peor, tal y cómo es? ¿Y que estamos haciendo para que así sea? ¿estamos trabajando en nuestros objetivos y superándonos cada día en función a nuestra visión de futuro? ¿estamos dejando de cuidar nuestro cuerpo, economía y espiritualidad? ¿o vivimos presentes en el ahora y siendo conscientes de la situación que nos rodea? Como bien dice Morty: “Nadie existe a propósito. Nadie pertenece a ningún sitio”, aunque así lo creamos. No elegimos donde nacemos, cuando moriremos (excepto las personas que se suicidan, y no siempre sucede como desearían), ni la vida que tendremos (si bien es cierto que podemos tratar de orientarla de una manera deseada).

Por ello, hemos de ser capaces de abstraernos de nuestra vida “Egoica”, de entender esta como pura Esencia cuyo único Fin es ser vivida, independientemente del Cómo. Solo así viviremos en paz, sin preocuparnos por el destino que se nos depara y como este tratará de afectarnos.