1-10: Encuent-Ricks en la Rick-cera fase

¿Qué es la sociedad? ¿Formar a grupos como rebaños? ¿Querer salvarte de un tipo de gobierno y convertirte en otro más absurdo? En este episodio vemos temas relacionados con las creencias limitantes, aquellas que no nos dejan progresar (como la idea de que el Rick “tolai” es el peor Rick o la idea de que un Morty nunca podrá derrotar a un Rick, creencia que vemos como empieza a disiparse al final del episodio), pero lo que más llama la atención es la estructura de la ciudadela Rick, la cual hace referencia a la estructura de una sociedad:

La sociedad no puede ser concebida por un único individuo, esta ha de ser producto de varios de ellos organizados que implantan una serie de directrices (cuyo incumplimiento tiene castigo) que favorecen el correcto desarrollo de los individuos que la forman (aunque este diste de ser el más adaptado a las necesidades individuales). En este caso, esa agrupación de individuos que compone la sociedad que reside en la ciudadela de los Rick está formada por Ricks y Mortys de diversas líneas temporales (pudiendo así apreciar la diversidad de estos), todas ellas pertenecientes a la “curva central finita” (lo que indica que la inclusión es muy selectiva).

Esta estructura está compuesta por individuos que desean componerla, pero a aquellos individuos que se resisten a formar parte de ella o que desisten de hacerlo en un punto de su formación/ desarrollo se les acabará por imponer de manera forzada unas normas sociopolíticas o aplicará un castigo por herejes/desertores/descarriados, lo cual fomenta aún más su odio hacia ese modelo.

Lo cierto es que el ser humano nace como un animal dentro de una sociedad, primariamente no deberían existir reglas para él, más que las leyes físicas que la naturaleza del universo le impone, pero según crece se ve rodeado por normas y dictámenes cuyo origen y propósito le es incierto. ¿Por qué estas están ahí? ¿Tienen un propósito o nos lastran de ser nosotros mismos? Jerry lo cuestiona cuando exclama “¡Lo que puede hacer un genio cuando tiene claras sus prioridades!”.

Algunas personas podrían llegar a pensar como Rick, quien alega que “la gracia de ser un Rick es ser un Rick”, lo que vendría a significar que el sentido de su existencia sería no formar parte de un grupo, sino ser el mismo y no dejarse influenciar por los demás (condición muy difícil pues Rick sigue siendo humano y presenta ineludiblemente un componente social y emocional que se hace presente cuando recuerda a Morty). Rick afirma que es el Rick como lo eran los demás antes de formar “esta estúpida alianza”, entonces ¿los demás? ¿Cuándo han dejado de ser Ricks? ¿en qué momento nosotros dejamos de ser puramente humanos por formar parte de la sociedad?

El ser humano es un ser relacional por naturaleza, o como diría Aristóteles, un zoon politikón, el cual no podríamos siquiera estudiar si no se hubiese relacionado con sus iguales y comenzado a desarrollar hasta el punto en que estamos ahora. Es cierto que el desarrollo no siempre se ha dado de la mejor manera posible, ni con los mejores medios o consensos, pero lo que sí podemos afirmar es que se ha dado, y aunque este no suponga una mejora íntegra, implica un cambio en nuestra manera de relacionarnos con el mundo.

Podemos no estar de acuerdo con ello, aunque lo que nos hace retroceder como sociedad es dejar que eso mismo o su recuerdo nos ancle al pasado y sus “errores”. Esa visión obstinada no nos deja apreciar el porvenir del presente y, por el contrario, centra nuestros esfuerzos en evadirla, en vez de aprender a tolerarla y aceptarla. Si bien no compaginamos con ella ni la buscamos, la podemos considerar para implementar las enseñanzas que nos aportó a nuestra nueva hoja de ruta.

Un Rick y un Morty, un humano y las leyes sociales que lo rigen, ambos son inseparables de alguna manera, y aunque puedan separarse, aparentemente, siempre quedarán restos que nos indican quiénes somos, de dónde venimos y a dónde pertenecemos. Porque, coincidamos en ideas o no, la sociedad la creamos todos (aunque no nos defina totalmente nuestra relación con ella). Y en la diversidad y aceptación está el verdadero motor del cambio.