Felicidad Ornamental – Perder la Verdadera Felicidad

Felicidad Ornamental – Perder la Verdadera Felicidad

Felicidad ornamental

¿Y si te dijese que un 90% de tu felicidad diaria o más es puramente ornamental?

Esto es, que su fin es ser decorativa y distraer tu atención sobre la verdadera felicidad.

Te preguntarás cómo es esto posible, a qué me refiero con felicidad ornamental y si te encuentras entre esas personas del 90%. Para ello habrás de entender qué es y cómo opera.

Pero antes de ver que implica tener felicidad ornamental en tu vida, es necesario entender qué es siquiera la felicidad y cómo funciona de normal.

Felicidad: Una cuestión de “Definir Ejes”

Desde hace tiempo, diversos pensadores se han preguntado qué implica este concepto. La RAE define felicidad como un estado de grata satisfacción espiritual y física.

Por su parte, los filósofos antiguos creían que ésta hacía referencia a un estado de bienestar mental resultado de la práctica de la virtud y al que se llegaba a través de la “verdad”.

Y según la psicología, la felicidad es un estado emocional positivo que proviene de satisfacer los deseos personales, resolver necesidades y cumplir ciertos objetivos.

Entonces, ¿son todas las definiciones igual de válidas, hay alguna mejor que otra o son complementarias entre sí?

Ninguna de ellas hace distinción entre los tipos de felicidad, sino que trata de expresarla como una situación en la que predomina la tranquilidad y satisfacción en general.

Y ciertamente lo es, de ahí que todas coincidan. La diferencia sin embargo es esa, que no se puede definir correctamente la felicidad si no se sabe de dónde procede.

 

Para que me entiendas: ¿crees que es la misma la felicidad de una persona que acaba de inyectarse heroína que la de otra que acaba de cerrar un trato de negocios que llevaba 11 meses trabajando?

Las hormonas involucradas pueden ser parecidas o las mismas, pero los contextos son totalmente distintos, y el cerebro lo sabe, de ahí que esa felicidad funcione diferente en ambos.

Por eso la última persona se siente mejor consigo misma que la primera. Porque mientras que ésta está mandando el refuerzo positivo a su cerebro, gracias a esas hormonas, de que invertir esfuerzo da resultados, la otra está actuando sin ningún tipo de motivo premio/castigo. Simplemente está alterando sus niveles basales de hormonas independientemente de lo que hace aparte.

 

De esta manera, en vez de abordar cuestiones etéreas como la felicidad esencial o ante la Vida, aquí nos centraremos en el enfoque psicológico. Donde la felicidad va a encontrarse fácilmente relacionada con otra variable de una manera “predecible”.

Lo cual sería como si tuviéramos un gráfico 2D, donde el eje Y representase el grado de felicidad y el eje X el de esa otra variable que se puede desarrollar. Con lo que fluctuaciones en un eje van a producir cambios en el otro. A esto es a lo que a partir de ahora llamaremos gráfica principal.

Estos 2 ejes, por tanto, podrían relacionarse entre sí de 2 maneras:

Felicidad Directamente Proporcional

felicidad directamente proporcional

El desarrollo de la variable X supone un mayor grado de felicidad.

Esta gráfica podemos verla en la satisfacción de nuestras necesidades, donde cubrirlas supone un incremento de la felicidad. Como ocurre cuando la nutrición o el sueño mejoran su calidad.

El problema de estas variables fundamentales es que su gráfica tiene una tendencia logarítmica. E intentar desarrollarlas a mayores niveles deja de reportar la misma diferencia de felicidad como lo hacía en niveles de escasez.

Sin embargo, cuando se trata de superar otros objetivos personales podemos apreciar que la tendencia es prácticamente lineal. Lo que significa que, a medida que se vayan superando las diferentes metas en orden creciente, la felicidad crecerá en correspondencia.

 

Claro tiene que quedar que cuantificar la felicidad es muy complicado y que superar cierta meta no tiene por qué reportar la misma felicidad que superar otra.

La cuestión es que esta tendencia es “acumulativa” en el sentido de que una vez experimentas cierta felicidad por superar un objetivo vas a querer y necesitar superar otros más demandantes. Con el propósito de seguir obteniendo felicidad en la misma o mayor cantidad.

Por ejemplo, pongamos que la variable X es hacer 10 flexiones al día:

  • El primer día te sentirás feliz de haberlas logrado, especialmente si te costaban.
  • A la semana de hacerlas diariamente estarás orgulloso de haberlo conseguido y tener la disciplina suficiente.
  • Al mes estarás mucho más fuerte de cómo empezaste y feliz de poder haber podido seguir esa pequeña rutina durante 30 días.

Ahora bien, ¿crees que si sigues haciendo 10 flexiones diarias durante 2 meses más seguirás sintiéndote igual de feliz?

Podrías estarlo, ya que es algo beneficioso para tu salud. La cuestión es que no vas a estarlo tanto como antes, porque 10 flexiones diarias ahora ya no suponen un gran reto.

Así, escalar ese objetivo a 30 flexiones al día será aquello que acabe reportándote una mayor felicidad a la que sentirías si siempre siguieses en el mismo punto. Porque desarrollar el valor X va a incrementar el valor Y, la felicidad de la gráfica principal.

Felicidad Inversamente Proporcional

felicidad inversamente proporcional

El desarrollo de la variable X supone un menor grado de felicidad.

Esta felicidad está más relacionada con las necesidades básicas que con la resolución de objetivos, pues a menos que se sepa lo que podría haber sido con ellos, no existirán puntos de comparación.

Vemos como la felicidad disminuye a medida que el sueño se altera y el cansancio aparece, y cuando se tiene hambre y no hay posibilidad de comer en un largo rato. Pero también cuando se requiere libertad en un trabajo donde las exigencias son recurrentes, cuando hay pocas medidas de protección ante una situación peligrosa, cuanto uno se encuentra aislado de su círculo, etc.

 

De ahí la importancia de cuidar ésta. Aunque lo curioso es que existe otro tipo de felicidad quizás más preocupante que, a pesar de parecer que aporta a la ecuación de estos 2 tipos de felicidad, en realidad no sumará nada a ellos, ya que va a actuar desde otra perspectiva:

Felicidad Ornamental

La felicidad ornamental no se caracteriza por el gráfico en 2 dimensiones antes planteado, sino que presenta una tercera dimensión.

Esto se debe a que está añadiendo un eje Z, el cual, a pesar de ser llamativo, no va a añadir nada relevante a la gráfica principal.

¿Por qué? Porque ese eje Z que se desplaza de la tendencia normal hace referencia a una evasión de la conducta de la búsqueda de felicidad progresiva en un determinado ámbito.

Es decir, que mientras que para alcanzar un tipo de felicidad directamente proporcional tendrías que progresar en el eje X, aquí este se puede mantener estático.

Lo único que va a cambiar es la adición de ese eje Z y su propio desarrollo. Algo que va a poder parecer satisfactorio porque ese eje plantea un nuevo tipo de felicidad, pero que acaba trayendo frustración, porque solo aleja de la felicidad Y que se buscaba en un principio.

 

Por eso es ornamental, porque aunque proporcione otro tipo de felicidad ésta no va a contribuir ni reemplazar de ninguna manera a la íntegra delimitada por la gráfica principal.

E inconscientemente, siguiendo el gráfico 3D podrías pensar: “Bien, cuanto más amplias sean las montañas de felicidad mejor será”.

Pero el problema no es que tengas montañas más grandes, sino que solo tienes unas (creadas por los otros ejes) que aquí estás tratando de expandir. Intentando dilatar esa felicidad de una manera que no es acorde a sí misma, porque la íntegra no comparte esa dimensión que se ha añadido.

Con lo que, tratando que su impacto sea mayor, dejas de fijarte en la estructura 2D de la gráfica principal, donde en un principio reside la verdadera felicidad.

 

Todo esto lo puedes hacer de 2 maneras distintas, una más sutil que otra:

La primera consiste en dejar de buscar progresar en el eje X para dedicarse exclusivamente a tomar tajada del Z. La segunda consiste en respaldar un desarrollo del eje Z excesivo como recompensa por el avance conseguido en el X.

Volvamos al ejemplo de las flexiones para aclarar esto:

De la primera forma, antes de lograr una semana de hacer flexiones diarias te habrías cansado e intentarías suplir esa carencia de felicidad con un sustitutivo del eje Z, como puede ser comer ultraprocesados o jugar a algún videojuego. Lo que denota una clara falta de disciplina.

De la segunda, quizás habrías cumplido ese reto de las flexiones hasta un mes. El problema viene después, cuando te recompensas por tu esfuerzo y el premio no tiene fin. Es decir, que te pasas de darte caprichos justificando esa pequeña victoria y lo alargas tanto que no consigues pasar de esas 10 flexiones diarias o incluso acabas sustituyéndolas por ese “premio”.

En este último caso, la felicidad que brindaba el eje Z no era tan ornamental como accesoria, ya que podía cumplir la función de reforzar positivamente el desarrollo del eje X.

Pero igualmente hay que tener en cuenta que su papel es secundario y no tiene una función esencial en la gráfica principal, o sea, que es prescindible y puede acabar volviéndose ornamental.

 

Todo lo que se use sin buen conocimiento puede acabar jugando en tu contra. Este tipo de felicidad no es menos, de hecho, ya has visto que su peligrosidad es interesante.

Si se deja que cree confusión en la gráfica y dificulte la comprensión del verdadero propósito de ésta, uno puede acabar sin rumbo en ciertos ámbitos.

No solo eso, sino que al jugar ese eje Z un papel altamente llamativo, por su aporte “vacío”, va a ejercer un papel distractor y reducir el potencial atractivo de la gráfica principal.

Por eso es que su mal uso en la representación de datos acaba conduciendo a unas conclusiones erróneas o inexactas, porque la gráfica 2D pierde el sentido.

¿Hay entonces Alguna Ventaja?

A pesar de que hay que tener cuidado a la hora de poner energía y recursos en este tipo de felicidad, un par de ventajas puede que te hagan tenerla en consideración:

Por una parte, va a generarte interés en el desarrollo de la gráfica principal. Esto se debe a que, si estableces adecuadamente en que puntos la desarrollarás ordenadamente, te resultará mucho más atractivo y motivante llegar a ellos para obtener una felicidad mayor que la principal.

Por la otra, y de ser bien controlada, va a ejercer ese papel de refuerzo positivo. Con lo que, si en esos puntos a los que llegas esforzándote te recompensas con ella lo justo, vas a tener muchas más ganas de volver a experimentar ese incremento de felicidad en los siguientes.

 

De esta manera, si aprendes a trabajar disciplinadamente la felicidad directamente proporcional y a utilizar con consciencia la ornamental, será como consigas llegar a la verdadera felicidad. Desarrollando y cumpliendo los objetivos de la gráfica principal.

 

Afirmaba Nietzsche: “¿Qué es felicidad? El sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia queda superada”.

 

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